Incluye tres sesiones semanales de 55 minutos de carrera de montaña y tres de bicicleta estática a 3.395 metros de altitud
Mireia Belmonte 'entrena' como una triatleta
Mireia Belmonte es una nadadora diferente. Su entrenador, el francés Fred Vergnoux, es el ‘culpable’ de una manera singular y efectiva de entrenamiento y en esa metodología de trabajo hay espacio para un entrenamiento que recuerda al triatlón. “Busco un punto diferencial”, asegura el técnico galo. En ese punto se
enclava el trabajo de running y de bicicleta, que complementa al principal de natación.
En el trabajo previo a Río hay una intensidad impresionante. Mireia Belmonte suma 12 entrenamientos semanales de agua de dos horas y media (doble acción diaria), tres sesiones de fuerza de dos horas, tres de crossfit de una hora, tres de carrera en montaña de 55 minutos, tres de cardio de 45 minutos, tres de bicicleta estática de 45 minutos y dos de recuperación mediante baño frío.
El domingo no es siempre de descanso absoluto, ya que existen muchos domingos en los que Mireia nada en el mar, complementando así el ya de por sí exigente trabajo. Descanso activo, lo denomina Vergnoux.
![[Img #20050]](upload/img/periodico/img_20050.jpg)
Carrera y bici en alta montaña
Entre la preparación matinal y la vespertina distan tres horas de descanso para comer y dormir la siesta. De hecho, cerrar los ojos y soñar es una de sus claves. Pide a sus pupilos, de los cuales cinco de los seis a los que entrena estarán en los Juegos, que pernocten entre ocho y nueve horas para poder estar en plenitud.
La propia nadadora es la que no se pone límites. “En los últimos cuatro años hemos ido a correr cada vez más alto en el CAR de Sierra Nevada. Desde la piscina del centro hasta el Pico del Veleta [su altitud es de 3.395 metros]. Es el último reto que le queda al grupo. El año pasado nos quedamos muy cerca. Este
año lo tenemos que completar. Es muy importante, es una progresión de cuatro años. Si lo hacen, cuando bajan y luego van a los Juegos, saben que acaban de lograrlo. Es un reto”, afirma Vergnoux.
El técnico francés explica otros métodos como el uso del atletismo de montaña para aumentar la fuerza de las piernas y saber sufrir: “También hacemos atletismo, sumergimos vallas en el agua para pasar por debajo. Y en Sierra Nevada usaremos la altura para hacer trabajo [el centro está a 2.320 metros de altitud]. Pedimos un permiso para estar en el Pico del Veleta y así subir dos bicicletas estáticas para hacer cardio a más de 3.395 metros, y no a 2.320, dos veces a la semana. Además, participaremos en un trial y haremos también un kilómetro vertical que hace años que no realizamos. No tiene nada que ver con la técnica en la pileta, pero es un esfuerzo de dos horas que ayuda. Haces cardio y te activas”.
![[Img #20052]](upload/img/periodico/img_20052.jpg)
La alimentación, al detalle
Un aspecto que resulta pintoresco pero es esencial es el cuidado de detalles que pueden parecer nimios pero que pueden trascender a ser un problema: “Debes controlar cualquier detalle. En invierno sale de la piscina y va a cambiarse: debe ponerse las zapatillas a pesar de que el recorrido es corto. Cinco metros de suelo frío hacen que se pueda resfriar y afecta al rendimiento, pues descansará mal y perderá una semana de entrenamientos. Si sales del agua, debes taparte completamente. Detalles. Además, a veces viene algo del exterior que no puedes anticipar y te revienta todo”.
![[Img #20053]](upload/img/periodico/img_20053.jpg)
Otro aspecto que se cuida con mimo es el de la alimentación, en el que Vergnoux trabaja mano a mano con los nutricionistas; “La pasta de la tarde, por ejemplo, la quiero sin gluten. Y tres veces por semana, Mireia tomará un zumo de frutas del bosque. Ella se interesa sobre aquello que debe comer, está encima", comenta. Su disciplina al detalle le lleva a pesar 60 kilos desde hace tiempo y se la ve tan fibrada.
El resultado de este trabajo se verá en unos días en Río de Janeiro.
Fuente: DDT y El Mundo
Mireia Belmonte es una nadadora diferente. Su entrenador, el francés Fred Vergnoux, es el ‘culpable’ de una manera singular y efectiva de entrenamiento y en esa metodología de trabajo hay espacio para un entrenamiento que recuerda al triatlón. “Busco un punto diferencial”, asegura el técnico galo. En ese punto se enclava el trabajo de running y de bicicleta, que complementa al principal de natación.
En el trabajo previo a Río hay una intensidad impresionante. Mireia Belmonte suma 12 entrenamientos semanales de agua de dos horas y media (doble acción diaria), tres sesiones de fuerza de dos horas, tres de crossfit de una hora, tres de carrera en montaña de 55 minutos, tres de cardio de 45 minutos, tres de bicicleta estática de 45 minutos y dos de recuperación mediante baño frío.
El domingo no es siempre de descanso absoluto, ya que existen muchos domingos en los que Mireia nada en el mar, complementando así el ya de por sí exigente trabajo. Descanso activo, lo denomina Vergnoux.
Carrera y bici en alta montaña
Entre la preparación matinal y la vespertina distan tres horas de descanso para comer y dormir la siesta. De hecho, cerrar los ojos y soñar es una de sus claves. Pide a sus pupilos, de los cuales cinco de los seis a los que entrena estarán en los Juegos, que pernocten entre ocho y nueve horas para poder estar en plenitud.
La propia nadadora es la que no se pone límites. “En los últimos cuatro años hemos ido a correr cada vez más alto en el CAR de Sierra Nevada. Desde la piscina del centro hasta el Pico del Veleta [su altitud es de 3.395 metros]. Es el último reto que le queda al grupo. El año pasado nos quedamos muy cerca. Este año lo tenemos que completar. Es muy importante, es una progresión de cuatro años. Si lo hacen, cuando bajan y luego van a los Juegos, saben que acaban de lograrlo. Es un reto”, afirma Vergnoux.
El técnico francés explica otros métodos como el uso del atletismo de montaña para aumentar la fuerza de las piernas y saber sufrir: “También hacemos atletismo, sumergimos vallas en el agua para pasar por debajo. Y en Sierra Nevada usaremos la altura para hacer trabajo [el centro está a 2.320 metros de altitud]. Pedimos un permiso para estar en el Pico del Veleta y así subir dos bicicletas estáticas para hacer cardio a más de 3.395 metros, y no a 2.320, dos veces a la semana. Además, participaremos en un trial y haremos también un kilómetro vertical que hace años que no realizamos. No tiene nada que ver con la técnica en la pileta, pero es un esfuerzo de dos horas que ayuda. Haces cardio y te activas”.
La alimentación, al detalle
Un aspecto que resulta pintoresco pero es esencial es el cuidado de detalles que pueden parecer nimios pero que pueden trascender a ser un problema: “Debes controlar cualquier detalle. En invierno sale de la piscina y va a cambiarse: debe ponerse las zapatillas a pesar de que el recorrido es corto. Cinco metros de suelo frío hacen que se pueda resfriar y afecta al rendimiento, pues descansará mal y perderá una semana de entrenamientos. Si sales del agua, debes taparte completamente. Detalles. Además, a veces viene algo del exterior que no puedes anticipar y te revienta todo”.
Otro aspecto que se cuida con mimo es el de la alimentación, en el que Vergnoux trabaja mano a mano con los nutricionistas; “La pasta de la tarde, por ejemplo, la quiero sin gluten. Y tres veces por semana, Mireia tomará un zumo de frutas del bosque. Ella se interesa sobre aquello que debe comer, está encima", comenta. Su disciplina al detalle le lleva a pesar 60 kilos desde hace tiempo y se la ve tan fibrada.
El resultado de este trabajo se verá en unos días en Río de Janeiro.
Fuente: DDT y El Mundo
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