El ciclista estadounidense sólo participó en una Vuelta a España y fue su primera gran vuelta tras superar su cáncer testicular. Fue la edición de 1998 y Lance Armstrong no tuvo problemas para faltar el respeto e insultar a Abraham Olano, Fernando Escartín y 'Chava' Jiménez tras superarle en esa edición
La Vuelta a España en la que “tres matados españoles” pusieron en su sitio a Lance Armstrong
Tras esa Vuelta a España se puso en manos de Michelle Ferrari que le llevó a ganar 7 Tour consecutivos con "el mejor sistema de dopaje diseñado en la historia"
Lance Armstrong mostró siempre un perfil soberbio y en muchas ocasiones despreció a muchos rivales, entre ellos a muchos ciclistas españoles a los que faltó al respeto. En la lista de afectados están Carlos Sastre, Igor González de Galdenano, Abraham Olano, Fernando Escartín y 'el Chava' Jiménez.
A estos tres últimos ciclistas llegó a tildarles de "esos tres matados españoles". Fue tras ser superado en la única Vuelta a España en la que participó. Pocos aficionados recuerdan que en 1998 el ciclista estadounidense estuvo en la carrera española. Fue su única participación en su carrera deportiva y en esa ocasión no mostró ese nivel aplastante que le llevó a ganar en siete ocasiones el Tour porque aún no había hecho efecto en su cuerpo "el sistema de dopaje más sofisticado de la historia del ciclismo profesional".
Fue su primera gran vuelta tras superar el cáncer
En esa única edición de la Vuelta a España en la que participó el ciclista estadounidense acabó cuarto en la general y fue su primera carrera tras superar un cáncer testicular. A pesar de que no consiguió ni siquiera acceder al podio Armstrong asegura que en esa carrera se dio cuenta de que "podía vencer una gran vuelta por etapas" de la misma forma que venció a la enfermedad.
![[Img #63035]](https://diariodeltriatlon.es/upload/images/08_2025/4460_1.jpg)
El estadounidense, dorsal 201, se reencontró a sí mismo en una Vuelta en la que se quedó a seis segundos del tercer cajón del podio que ocupó el Chava Jiménez. Tampoco ganó ninguna etapa, pero sí se dejó ver en varias. Tras rodar agazapado en las primeras jornadas, acabó cuarto en el terrible Xorret de Catí, un terrorífico puerto de Alicante, tras José María Jiménez, Roberto Heras y Laurent Jalabert. Era la sexta etapa.
En la crono de Alcudia, novena etapa, Lance marcó el sexto mejor tiempo en meta. Abraham Olano, por su parte, imponía su ley y se acercaba a su gran triunfo en una gran ronda.
Naufragó en todas las etapas de montaña
En Pal pasó un mal día y perdió casi dos minutos y medio en meta. Otros 45 cedió al día siguiente en Cerler. Pero después se recuperó.
En Las Lagunas de Neila, el siguiente día importante, fue undécimo en meta. Seguía perdiendo tiempo con los escaladores, pero en menor medida que en Pirineos En Segovia, el día que se coronó Roberto Heras como futuro ganador de la carrera, volvió a ser undécimo.
![[Img #63036]](https://diariodeltriatlon.es/upload/images/08_2025/7248_2.jpg)
En Navacerrada, vigésima etapa, acabó quinto tras todos los escaladores. En la crono de Fuenlabrada del día siguiente acabó tercero, tras un doble ganador de la Vuelta como Zülle y Olano el ganador final. Y rozó el podio, un podio en el que hubiera sido muy prestigioso tener inscrito su nombre.
A partir de ahí no paró de crecer mientras su sangre se oxigenaba sin cesar gracias al uso indiscriminado de EPO que le hizo invencible y le llevó a ganar siete Tour de Francia.
Lance Armstrong mostró siempre un perfil soberbio y en muchas ocasiones despreció a muchos rivales, entre ellos a muchos ciclistas españoles a los que faltó al respeto. En la lista de afectados están Carlos Sastre, Igor González de Galdenano, Abraham Olano, Fernando Escartín y 'el Chava' Jiménez.
A estos tres últimos ciclistas llegó a tildarles de "esos tres matados españoles". Fue tras ser superado en la única Vuelta a España en la que participó. Pocos aficionados recuerdan que en 1998 el ciclista estadounidense estuvo en la carrera española. Fue su única participación en su carrera deportiva y en esa ocasión no mostró ese nivel aplastante que le llevó a ganar en siete ocasiones el Tour porque aún no había hecho efecto en su cuerpo "el sistema de dopaje más sofisticado de la historia del ciclismo profesional".
Fue su primera gran vuelta tras superar el cáncer
En esa única edición de la Vuelta a España en la que participó el ciclista estadounidense acabó cuarto en la general y fue su primera carrera tras superar un cáncer testicular. A pesar de que no consiguió ni siquiera acceder al podio Armstrong asegura que en esa carrera se dio cuenta de que "podía vencer una gran vuelta por etapas" de la misma forma que venció a la enfermedad.
![[Img #63035]](https://diariodeltriatlon.es/upload/images/08_2025/4460_1.jpg)
El estadounidense, dorsal 201, se reencontró a sí mismo en una Vuelta en la que se quedó a seis segundos del tercer cajón del podio que ocupó el Chava Jiménez. Tampoco ganó ninguna etapa, pero sí se dejó ver en varias. Tras rodar agazapado en las primeras jornadas, acabó cuarto en el terrible Xorret de Catí, un terrorífico puerto de Alicante, tras José María Jiménez, Roberto Heras y Laurent Jalabert. Era la sexta etapa.
En la crono de Alcudia, novena etapa, Lance marcó el sexto mejor tiempo en meta. Abraham Olano, por su parte, imponía su ley y se acercaba a su gran triunfo en una gran ronda.
Naufragó en todas las etapas de montaña
En Pal pasó un mal día y perdió casi dos minutos y medio en meta. Otros 45 cedió al día siguiente en Cerler. Pero después se recuperó.
En Las Lagunas de Neila, el siguiente día importante, fue undécimo en meta. Seguía perdiendo tiempo con los escaladores, pero en menor medida que en Pirineos En Segovia, el día que se coronó Roberto Heras como futuro ganador de la carrera, volvió a ser undécimo.
![[Img #63036]](https://diariodeltriatlon.es/upload/images/08_2025/7248_2.jpg)
En Navacerrada, vigésima etapa, acabó quinto tras todos los escaladores. En la crono de Fuenlabrada del día siguiente acabó tercero, tras un doble ganador de la Vuelta como Zülle y Olano el ganador final. Y rozó el podio, un podio en el que hubiera sido muy prestigioso tener inscrito su nombre.
A partir de ahí no paró de crecer mientras su sangre se oxigenaba sin cesar gracias al uso indiscriminado de EPO que le hizo invencible y le llevó a ganar siete Tour de Francia.




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