"Pogacar se aburre, pasa de pantalla y vacila a sus rivales haciéndose el 'muerto' para pasarles por encima dos días después"

Para Tadej Pogacar el ciclismo profesional más que un deporte es un juego en el que es imperioso que se divierta para poder rendir. Por eso, no sorprende que hace tres días decidiera pasar de pantalla, dejarse llevar en la contrarreloj, salir relajado a entrenar y engañar a todos sus rivales con una debilidad impostada.

Dos días después demostró que su jugada de ajedrez fue maestra. En la primera etapa de montaña de la Dauphiné asestó un golpe magistral en un recorrido de solo 126 kilómetros y sin una dureza excesiva. Demostró que tenía piernas de sobra para reventar la carrera y dio la razón a Tom Danielson, estrella americana del ciclismo, que había señalado que Pogacar había dejado suficientes muestras de que "no le preocupaba perder tiempo en la crono. Su lenguaje gestual y su cadencia de pedaleo no eran los habituales y eso era porque había algo detrás que podía ser el engaño a sus rivales".

La primera etapa montañosa de la Dauphiné dejó sensaciones preocupantes, ya que Vingegaard se bloqueó y Evenepoel explotó demasiado pronto. El ciclista esloveno se quedó sin rivales con demasiada facilidad y vivió un día plácido cuando todo apuntaba que iba a tener que pelear de manera intensa.

Ni siquiera el trabajo de desgaste del equipo de Vingegaard le provocó un mísero arañazo: "En UAE teníamos nuestro plan, pero Visma ha empezado a ir a tope en la subida de primera categoría. Antes de empezar no sabía, pero esta subida ya la he hecho y me trae muchos recuerdos. Mi equipo ha estado superfuerte, todo el equipo. Al final me sentía bien y habíamos quedado en atacar desde la parte de abajo de la subida, la parte más empinada. No teníamos nada que perder, sólo ganar. Sólo tenía que empujar con lo que tenía en mis piernas". 

"Estoy sorprendido, no esperaba tanto hueco"

El propio Pogacar se quedó extrañado con la facilidad con la que se escapó de Vingegaard: "No sé, me sentía muy bien cuando he atacado, he hecho todo el esfuerzo y sabía que todavía me quedaban como 15 minutos hasta la cima. He tenido que regular mi ritmo, pero las buenas sensaciones estaban ahí, las piernas me iban bien, estaba todo a mi favor para ganar tiempo. Un minuto es bueno y estoy contento".

El ciclista esloveno no tenía previsto ver un derrumbe de Vingegaard o Evenepoel como el que se vio en esa jornada: "No habíamos visto debilidades de los favoritos hoy hasta la última subida. Claro que estaba sorprendido, no esperaba tanto hueco, esperaba a lo mejor dos o tres hombres siguiéndome, pero me he comprometido en la parte más empinada y he acelerado en la parte fácil. Si no tienes las piernas, no puedes hacerlo. Puedo estar tranquilo para el resto del fin de semana".

El tricampeón del Tour de Francia dejó caer que las dos etapas de montaña que restan en la Dauhiné ya no les estresan demasiado tras ver que su estado de forma es superior al de sus grandes rivales de cara al Tour: "El sábado puede pasar mucho, pero ahora no importa. He visto que estoy en buena forma, el equipo también, ya veremos mañana. Sé que va a ser duro porque hay subidas muy complicadas y no tenemos un equipo puramente escalador, pero los chicos lo están haciendo bien en la subida. Tengo confianza de que lo podemos hacer bien. Las piernas están ahí, el estado de forma es bueno, necesitamos guardar fuerzas para el Tour y ya está".