Andreu Blanes explica su singular celebración con la segunda plaza en la mítica Zegama-Aizkorri: "Ahora lo veo y me da vergüenza pero fue porque..."

Nada más cruzar la meta en segundo puesto en la mítica Zegama-.Aizkorri,Andreu Blanes se volvió 'loco'. Explotó de alegría, se arrodilló y con la cara ensangrentada debido a una dura caída a mitad de recorrido explotó de alegría, dio gracias al cielo y lloró como un niño.

El corredor catalán vivió uno de los mejores días de su carrera deportiva. Tras más de una década destacando en el atletismo en diversas distancias y tras conseguir hace unos meses una marca estelar en maratón de asfalto con 2:09, decidió centrarse por completo en el trail running. Esa apuesta era arriesgada pero comienza a dar sus frutos.

El emotivo gesto en la meta de Aizkorri fue, como explica en una entrevista con Marca,  la consecuencia de unos meses de enorme ansiedad en los que le tocó remar contracorriente: "Veo ahora esas imágenes y me da vergüenza de como soy capaz de hacer eso, pero me encanta no pensar y sólo soltar lo que llevo dentro".

"Me asusté antes de la Zegama con una bacteria estomacal"

Andrés Blanes había preparado de manera muy intensa su primera participación en la mítica Zegama-Aizkorri pero una bacteria estomacal lo complicó todo . Le costó encontrar un diagnóstico y volvieron a flocerer los fantasmas de los que padeció tras recibir la tercera vacuna del Covid que le dejó sin energía: "Me asusté, no fueron los fantasmas de la vacuna porque peligraba cómo llegaría a Zegama".

Al problema médico se unió la incertidumbre económica: "Me jugaba bastante a nivel de contrato, porque a las marcas que confían en mí les tenía que demostrar que sigo estando ahí. Esa gestión mental fue bastante difícil".

Blanes tiene una relación con Hoka que necesitaba reforzar con resultados:  Desde 2023 mi valor de mercado bajó bastante. Renové un año en condiciones un poco difíciles. Me toca volver a demostrar de lo que soy capaz y de que lo de Sierre Zinal no fue cuestión de suerte. Esa presión externa existe, pero a mí me gusta, es parte del juego".

El segundo puesto en Zegama le dejó muy satisfecho y le permitió vivir una carrera única: “Me impresionó que hay gente en los 42 kilómetros de recorrido. Te dejas llevar por el espíritu de la carrera. Mi hermana me dijo que ni se me ocurriera levantar los brazos para saludar en la subida al Sancti Spiritu, que todo ahorro de energía suma, pero al final fue imposible no hacerlo".