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Lunes, 05 de Mayo de 2025
El legendario escalador francés denuncia como le destrozaron la vida con la persecución que vivió cuando era inocente y jamás se había dopado

El 'apestado' Richard Virenque clama venganza: "Fui el chivo expiatorio del caso Festina, deberían pedirme disculpas, me trataron como un payaso y me robaron dos Tour de Francia"

El ciclista francés asegura casi tres décadas después del 'escándalo Festina' que fue un chivo expiatoria y estaba limpio.

Richard Virenque pasó en poco tiempo de ser considerado un escalador de leyenda a entrar en el paquete de apestados por el uso del dopaje. El ciclista francés formó parte del escandaloso proyecto de Festina que acabó siendo el peor ejemplo de cómo buscar ventajas a través de las trampas.

 

 

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La leyenda francesa recuerda como se gestó un equipo gigantesco  que acabó siendo una gran mentira: "Estaba desempleado a finales del 91 y tuve que encontrar una nueva estructura y ahí la estaban montando con varios ciclistas franceses y grandes nombres. Me uní al Festina con 45 corredores, entre los que estaba Sean Kelly, era una especie de fábrica, como si estuvieras jugando al fútbol y de repente te encontraras en el Real Madrid. Era una formación increíble. Y sí, ahí supe cómo destacar entre los grandes".

 

 

Virenque está lejos de admitir cualquier tipo de culpa de esa época: "El Tour del 98 me marcó. Si miramos la clasificación, el resumen es que no debería haberse celebrado. Ganó Marco Pantani y ya vimos lo que salió de todo eso. Ese Tour del 98 estaba un poco manipulado, porque cuando me expulsan con el caso Festina me eligieron a mí, fue muy político".

 

 

El ciclista francés defiende que nuca debió ser sancionado:  "Cuando ves las revelaciones del Senado y del Estado, que 15 años después del caso Festina sacan los análisis y demuestran que soy inocente y que Pantani, Ullrich y todos los demás dieron positivo, entonces yo fui el chivo expiatorio del caso Festina".

 

 

Para Virenque se necesitaba culpar a una estrella de lo que pasaba en el ciclismo de esa época y encontraron una víctima propiciatoria en él:  "Fue duro, me llevé yo solo todo el peso de la culpa e incluso, a veces, todavía me lo echan en cara, cuando más bien deberían pedirme disculpas por todo eso, porque me quitaron dos Tours, el de 1998 y el de 2001. Pero bueno, así es la vida. Al menos encontré fuerza para luchar y seguir adelante".

 

 

"Me sentí como en la película Rocky cuando entrena solo"

 

 

El polémico ciclista francés denuncia el acoso que vivió durante varios años: "Duró tres años, pero fue más duro para mi familia, para mis seres queridos, aparecía en los Guiñoles y me convertí en el payaso de todo eso. Me eligieron a mí, como si el dopaje solo existiera en mí, no en otros deportes o en otros ciclistas y fui el hazmerreír de todos ¿Cómo lo viví? En un momento me sentí como en la película Rocky cuando se entrena solo".

 

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Tras su sanción, regresó y los triunfos en etapas que consiguió los califica como "venganza", por todo lo que le había sucedido antes, e incluso le tira algún dardo a los periodistas: "Estábamos en la era Armstrong. No sé si lo recordáis, en esa época, para todos los periodistas y organizadores del Tour, Armstrong representaba el renacimiento del ciclismo. Y mientras, yo estaba en la sombra». Sin embargo, cuando en 2003 volvió a vestirse el maillot amarillo, le ardía en la piel: "Para mí era una carga, porque estábamos en una época en la que todos te cuestionaban. Aunque, ciertamente, quedaba el prestigio de vestir el maillot amarillo. Pero para mí, si yo estaba ahí era para mi maillot de lunares, que me representaba tan bien".

 


La estrella francesa considera que con la persecución cuando estaba en el equipo Festina le impidieron ganar un tour que mereció: "Festina, estaba diseñado para ganar el Tour de Francia. Por eso, después, cuando se desmoronó, me quedé un poco huérfano. Para ganar el Tour de Francia, necesitas un equipo dedicado a ello. Y después, aunque estuviera en Quick-Step con buenos compañeros, no tenía un equipo dedicado a ganar el Tour de Francia. Así que, cuando conseguí el maillot amarillo en 2003, sabía que, de alguna manera… Pero estuvo bien llevarlo, además, fue el 14 de julio. Subí Alpe d’Huez con el maillot amarillo ese día, pero hice que el pelotón me dejara atrás a propósito para perderlo y así poder dar mi espectáculo con el maillot de lunares, porque con el maillot amarillo no puedes hacer nada, todos te vigilan. Entonces, tácticamente, dejé de lado los honores del liderato, que sigue siendo el maillot amarillo, para ir en busca de lo que sabía que me representaba: el maillot de lunares, que se ajustaba mejor a mi forma de ser, a mi forma de luchar. El maillot de lunares es eso, es el estilo".

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