El triatleta canadiense, dos veces subcampeón del Ironman de Hawaii, explica sus "estupideces con la comida basura para conseguir energía barata y rápida" que le ha dejado a las puertas de una grave enfermedad
La estrella ironman Lionel Sanders relata su drama a causa del exceso de carbohidratos y ultraprocesados: "Soy prediabético, tomaba cai 1 kilo de azúcar diario y no soy capaz de dormir más de 45 minutos seguidos cada noche"
En noviembre de 2024 Lionel Sanders, una de las grandes estrellas del triatlón de media y larga distancia, después de años de sufrir síntomas como falta de sueño y una necesidad constante de ir al baño durante la noche, decidió hacerse un análisis de sangre para saber qué estaba pasando en su cuerpo.
“Me estoy haciendo mayor y además no me siento bien, duermo fatal y tengo una tos crónica. Nunca me había hecho un análisis de sangre. Así que fui al médico y le pedí los análisis de sangre más completos posibles, quería analizarlo todo”, explica. Se le realizó una lectura de A1C, también conocida como prueba de hemoglobina A1C (HbA1C), que mide los niveles promedio de azúcar (glucosa) en sangre durante los últimos tres meses, una herramienta de diagnóstico clave para determinar tanto la prediabetes como la diabetes tipo 2 .
![[Img #61560]](https://diariodeltriatlon.es/upload/images/03_2025/8695_sanders-1-min-3.jpg)
"Me levanto a orinar unas ocho veces cada noche"
"En general, todo parecía estar bien, sano, excepto mi A1C. Mi nivel de A1C era de 5,9, que está en el rango prediabético. 6,4 es el umbral para ser diabético, eso fue bastante sorprendente y algo serio porque la diabetes no es una enfermedad con la que se quiera jugar", apunta el famoso triatleta canadiense.
El triatleta explica su infierno a la hora de dormir: “He estado mostrando síntomas, no sería raro que orine ocho veces en ocho horas de sueño, lo que significa que no duermo. Estamos hablando de dormir poco, de 45 minutos, y de comer dulces y azúcar en mitad de la noche mientras tengo antojos intensos. Duermo de manera absolutamente horrible cuando duermo; llevo como 14 años seguidos durmiendo horriblemente. Me puse un monitor de glucosa y era preciso, mi A1C era preciso. Usé el monitor durante 10 días e incluso después de hacer algunos cambios en la dieta (comer alimentos con un índice glucémico más bajo para controlar el azúcar en sangre), mi promedio de 24 horas era de alrededor de 123 mg/dl, que está dentro del rango prediabético.
Sanders pareció centrarse inmediatamente en su problema principal, una dieta mal pensada. “La última vez que comí bien durante un período prolongado de tiempo ya no me acuerdo, posiblemente fue hace 20 años. Estoy completamente inmerso en la cultura de los alimentos procesados: ricos en calorías, macronutrientes, azúcar y sal para conseguir energía rápida y barata. Soy un holgazán como nadie en lo que se refiere a la comida y llegaba a meterme entre 800 gramos y un kilo cada día de azúcar en el cuerpo".
Reconoce que lleva muchos años obsesionado con ingerir carbohidratos: “Tengo que comer una tonelada de carbohidratos porque quemo una gran cantidad de carbohidratos, pero comencé a pensarlo un poco más profundamente. Comencé a darme cuenta de que, por ejemplo, en un recorrido fácil de una hora de duración quemaría tal vez 60-80 g de carbohidratos, pero durante ese recorrido también comería 60-80 g de carbohidratos por hora. La parte que no entendí fue que si mantenías la quema de carbohidratos durante el recorrido, no necesitabas comer una tonelada de carbohidratos después de esa sesión. Yo consumía una tonelada de carbohidratos después de la sesión, más de 100 g de los cuales realmente no necesitaba y mi cuerpo tenía que procesarlos. Antes de entender esto, yo también lo hacía de forma contraria a como debería haberlo hecho. Es decir, desayunaba muy poco, almorzaba un poco y luego cenaba mucho".
![[Img #61561]](https://diariodeltriatlon.es/upload/images/03_2025/524_sanders-2-min.jpg)
"Comía dulces toda la noche"
Sanders relata su caótico orden de comidas cada día: "Como comía tan poco en las dos primeras comidas priorizaba una gran cantidad de carbohidratos y a medida que avanzaba el día la sensibilidad a la insulina (y vi esto en mis datos) disminuía y, por lo tanto, el nivel de azúcar en sangre se mantenía elevado. Luego comía postre, comía dulces toda la noche y también comía barritas Nature Valley durante la noche. Me di cuenta de que podía hacer las cosas de manera diferente y quería ver los resultados”.
Tras ser advertido del peligro de convertirse en diabático tipo 2 decidió cambiar por completo su dieta: “Me sentí muy feliz por lo mucho que logré generar cambios. Me hice el análisis de sangre en noviembre, así que comencé este proceso a mediados de noviembre y diciembre y estamos a punto de cumplir dos meses de cambio de comportamiento. A medida que fui aprendiendo más, comencé a comer menos carbohidratos superprocesados y más carbohidratos con grasas y proteínas en su forma natural. Hice esos cambios y al final del período de 10 días con el monitor continuo de glucosa pude reducir mi promedio de azúcar en sangre durante los siete días a alrededor de 100. He sentido literalmente que toda mi vida y mi realidad empezaban a cambiar. Sentí algo que no recordaba la última vez que me pasó, estaba caminando y a punto de empezar una sesión de ciclismo y me sentí bien”.
Sanders continuó criticando su pereza a la hora de comer, destacando una casi adicción a los alimentos ultraprocesados: "Vivo en una sociedad en la que los alimentos ultraprocesados son la norma. Mi broma siempre ha sido decir 'Voy a cocinar esta noche' y luego sacar mi teléfono y pedir comida para llevar, esa es mi idea de cocinar. La siguiente fase de mi viaje es darme cuenta de que yo creé esta cultura de alimentación de mierda, de comer de forma vaga, comiendo basura para llevar y comiendo bocadillos de mantequilla de maní. El siguiente paso es cambiar esa cultura, entender lo que me he estado haciendo a mí mismo al alimentar mi cuerpo con alimentos ultraprocesados y cambiar la cultura: empezar a ir al mercado de agricultores, al supermercado a comprar alimentos en lugar de sustancias parecidas a los alimentos. Con esa mierda de alimentación estaba cansado y no me recuperaba adecuadamente. Quiero cambiar eso porque no quiero morir joven de diabetes".
En noviembre de 2024 Lionel Sanders, una de las grandes estrellas del triatlón de media y larga distancia, después de años de sufrir síntomas como falta de sueño y una necesidad constante de ir al baño durante la noche, decidió hacerse un análisis de sangre para saber qué estaba pasando en su cuerpo.
“Me estoy haciendo mayor y además no me siento bien, duermo fatal y tengo una tos crónica. Nunca me había hecho un análisis de sangre. Así que fui al médico y le pedí los análisis de sangre más completos posibles, quería analizarlo todo”, explica. Se le realizó una lectura de A1C, también conocida como prueba de hemoglobina A1C (HbA1C), que mide los niveles promedio de azúcar (glucosa) en sangre durante los últimos tres meses, una herramienta de diagnóstico clave para determinar tanto la prediabetes como la diabetes tipo 2 .
"Me levanto a orinar unas ocho veces cada noche"
"En general, todo parecía estar bien, sano, excepto mi A1C. Mi nivel de A1C era de 5,9, que está en el rango prediabético. 6,4 es el umbral para ser diabético, eso fue bastante sorprendente y algo serio porque la diabetes no es una enfermedad con la que se quiera jugar", apunta el famoso triatleta canadiense.
El triatleta explica su infierno a la hora de dormir: “He estado mostrando síntomas, no sería raro que orine ocho veces en ocho horas de sueño, lo que significa que no duermo. Estamos hablando de dormir poco, de 45 minutos, y de comer dulces y azúcar en mitad de la noche mientras tengo antojos intensos. Duermo de manera absolutamente horrible cuando duermo; llevo como 14 años seguidos durmiendo horriblemente. Me puse un monitor de glucosa y era preciso, mi A1C era preciso. Usé el monitor durante 10 días e incluso después de hacer algunos cambios en la dieta (comer alimentos con un índice glucémico más bajo para controlar el azúcar en sangre), mi promedio de 24 horas era de alrededor de 123 mg/dl, que está dentro del rango prediabético.
Sanders pareció centrarse inmediatamente en su problema principal, una dieta mal pensada. “La última vez que comí bien durante un período prolongado de tiempo ya no me acuerdo, posiblemente fue hace 20 años. Estoy completamente inmerso en la cultura de los alimentos procesados: ricos en calorías, macronutrientes, azúcar y sal para conseguir energía rápida y barata. Soy un holgazán como nadie en lo que se refiere a la comida y llegaba a meterme entre 800 gramos y un kilo cada día de azúcar en el cuerpo".
Reconoce que lleva muchos años obsesionado con ingerir carbohidratos: “Tengo que comer una tonelada de carbohidratos porque quemo una gran cantidad de carbohidratos, pero comencé a pensarlo un poco más profundamente. Comencé a darme cuenta de que, por ejemplo, en un recorrido fácil de una hora de duración quemaría tal vez 60-80 g de carbohidratos, pero durante ese recorrido también comería 60-80 g de carbohidratos por hora. La parte que no entendí fue que si mantenías la quema de carbohidratos durante el recorrido, no necesitabas comer una tonelada de carbohidratos después de esa sesión. Yo consumía una tonelada de carbohidratos después de la sesión, más de 100 g de los cuales realmente no necesitaba y mi cuerpo tenía que procesarlos. Antes de entender esto, yo también lo hacía de forma contraria a como debería haberlo hecho. Es decir, desayunaba muy poco, almorzaba un poco y luego cenaba mucho".
"Comía dulces toda la noche"
Sanders relata su caótico orden de comidas cada día: "Como comía tan poco en las dos primeras comidas priorizaba una gran cantidad de carbohidratos y a medida que avanzaba el día la sensibilidad a la insulina (y vi esto en mis datos) disminuía y, por lo tanto, el nivel de azúcar en sangre se mantenía elevado. Luego comía postre, comía dulces toda la noche y también comía barritas Nature Valley durante la noche. Me di cuenta de que podía hacer las cosas de manera diferente y quería ver los resultados”.
Tras ser advertido del peligro de convertirse en diabático tipo 2 decidió cambiar por completo su dieta: “Me sentí muy feliz por lo mucho que logré generar cambios. Me hice el análisis de sangre en noviembre, así que comencé este proceso a mediados de noviembre y diciembre y estamos a punto de cumplir dos meses de cambio de comportamiento. A medida que fui aprendiendo más, comencé a comer menos carbohidratos superprocesados y más carbohidratos con grasas y proteínas en su forma natural. Hice esos cambios y al final del período de 10 días con el monitor continuo de glucosa pude reducir mi promedio de azúcar en sangre durante los siete días a alrededor de 100. He sentido literalmente que toda mi vida y mi realidad empezaban a cambiar. Sentí algo que no recordaba la última vez que me pasó, estaba caminando y a punto de empezar una sesión de ciclismo y me sentí bien”.
Sanders continuó criticando su pereza a la hora de comer, destacando una casi adicción a los alimentos ultraprocesados: "Vivo en una sociedad en la que los alimentos ultraprocesados son la norma. Mi broma siempre ha sido decir 'Voy a cocinar esta noche' y luego sacar mi teléfono y pedir comida para llevar, esa es mi idea de cocinar. La siguiente fase de mi viaje es darme cuenta de que yo creé esta cultura de alimentación de mierda, de comer de forma vaga, comiendo basura para llevar y comiendo bocadillos de mantequilla de maní. El siguiente paso es cambiar esa cultura, entender lo que me he estado haciendo a mí mismo al alimentar mi cuerpo con alimentos ultraprocesados y cambiar la cultura: empezar a ir al mercado de agricultores, al supermercado a comprar alimentos en lugar de sustancias parecidas a los alimentos. Con esa mierda de alimentación estaba cansado y no me recuperaba adecuadamente. Quiero cambiar eso porque no quiero morir joven de diabetes".
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