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Domingo, 08 de Diciembre de 2024
Se cumplen 30 años del momento en el que el maratón en España pasó de ser una "distancia para locos" a convertirse gracias al atleta vasco en una prueba a la que comenzar´on a aspirar cada vez más corredores populares

Martín Fiz resume lo que para él fue ser maratoniano profesional: "Lechuga, hidratos de carbono, 220 kilómetros entre pecho y espalda cada semana... Lo demás, cuatro paredes, hotel y aeropuerto"

El corredor vasco es el gran '0culpable' de que el maratón se ha ya convertido en un deporte de masas en España.

Los corredores populares estarán siempre agradecidos a la 'locura' de Martín Fiz cuando hace 30 años decidió que iba a darse una oportunidad en la distancia de maratón y su apuesta acabó siendo un éxito que llevó a muchos a pensar en probar en una prueba que ahora es de masas pero que en su día parecía estar destinada solo a unos pocos.

 

 

1994, ese año fue un antes y un después en la historia del maratón en España.

 


Lo recuerdo como si fuera ahora mismo. Primero llegué yo. Luego esperé en la meta a Diego García para abrazarlo. Y después, los dos, arrodillados y abrazados, esperamos a que llegará Alberto Juzdado. Fue precioso.Los medios de información supieron hacerse eco de esa imagen maravillosa del Europeo de Helsinki 94. La gente comenzó a correr más por los parques. Me reconocían por la calle y todo. Es algo que jamás pensé cuando comencé a correr en Vitoria. Yo me he pegado toda la vida corriendo. Hasta me escapé de casa para ser atleta.

 

[Img #60959]

 

 

¡Qué me dice...!

 


Lo que oye. Yo jugaba al fútbol en el Aurrerá de Vitoria. Les dije a mis padres que quería correr y me dijeron que de eso nada. El caso es que me escapé y gané la carrera. Al llegar a casa, azotes en el culo... Luego, mis padres entendieron mi pasión. Recuerdo cuando mi padre me llevaba en el Renault 12 a todas las carreras. Hacían un gran esfuerzo para comprarme unas zapatillas adecuadas. Eso no se me olvidará jamás. Y empecé a correr a tope.

 

Fue un ejemplo de superación. Martín Fiz nunca se rendía.

 


Quizás, porque mi ídolo era Marino Lejarreta.

 

 

¿Un ciclista?

 


Sí. Me encantaba porque siempre luchaba. Como atleta, mi referencia era Antonio Prieto. Yo seguía progresando y en 1991 comencé a dedicarme profesionalmente al atletismo. Había trabajado de huevero, de pastelero y en la contabilidad de la empresa Azlok. Pasé a entrenar profesionalmente con González y Cacho. Los Juegos de Barcelona 92 eran un reto y no quería dejarlo pasar.

 

 

Y a Barcelona 92 fue.

 


Corrí la final de 5.000. ¡Qué palo!

 

 

¿Qué pasó?

 


Más de 22 vueltas en cabeza y en los 200 metros finales me pasó hasta el atleta de la Islas Fidji... (se parte de la risa). Ese día le dije a Sabino Padilla que quería pasarme a maratón. Estaba harto de pedirles autógrafos a los africanos. Quería ganarles.

 

 

Es durísimo el maratón.

 


Ya lo creo. Lechuga, hidratos de carbono, 220 kilómetros entre pecho y espalda cada semana... Lo demás, cuatro paredes, hotel y aeropuerto.

 

[Img #60958]

 

Y con esas zapatillas de entonces...

 


Si las comparas con las de placa de carbono actuales son como otro mundo. Antes entrenábamos más de 200 kilómetros semanales con modelos que te dejaban destrozado, al día siguiente te dolía todo, ahora parece que ni has entrenado. Es incomparable.

 

 

Lo ganó todo, Martín.

 


El Europeo, el Mundial. También fui cuarto en Atlanta 96.

 

 

Ese día le vio llorar...

 


Fue durísimo. Estaba pletórico. Al final, medalla de chocolate (cuarto). Luego, con el tiempo, le he dado y se le ha dado valor.

 

 

¿Por qué crees que el maratón atrae tanto a los corredores y corredoras?

 


El maratón atrae a los corredores porque correr en esta distancia es todo un reto, si eres capaz de terminar un maratón eres capaz de plantearte cualquier reto en la vida. Plantearnos correr un maratón nos hace ser felices y si, además, eres capaz de terminarlos, es un subidón de autoestima.

 


¿Qué consejo le darías a alguien que se enfrente a su primera prueba de 42,195 km?

 


En primer lugar, que la disfrute, que no se plantee parar el cronómetro en alguna marca soñada. Los sueños en maratón a veces son realizables, pero en el primer maratón hay que dejar fluir a la cabeza y a las piernas. El primer maratón marcará las pautas de los siguientes. Solo vivir la experiencia, puede suponer la maratón perfecta.

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