El famoso director del legendario equipo ONCE desvela la increíble impunidad con la que se trataba el tema del dopaje en esa época en la que él empezó a trabajar y el genio navarro comenzaba a despuntar como estrella mundial
Manolo Saiz recuerda la frase que más se repetía en la época de Induráin: "Que sepas que las farmacias están abiertas 24 horas al día para todos..."
El director cántabro asegura que nunca cayó en el juego sucio del dopaje pero en la época en la que llevaba el equipo ONCE era una práctica habitual.
Manolo Saiz, mítico director del equipo ONCE, vivió una época oscura del ciclismo profesional. Al final le salpicó el dopaje pero salió absuelto aunque muy tocado para el resto de su carrera. Siempre ha defendido que sus equipos fueron un ejemplo de limpieza pero reconoce que las trampas estaban a la orden del día. Recuerda una de las frases que más se usaban en el pelotón y que él escuchó por primer vez en 1989, en plena explosión de talento de miguel Induráin.
![[Img #60830]](https://diariodeltriatlon.es/upload/images/11_2024/8128_saiz-1-min.jpg)
"Cuando llego a la élite en 1989, una de las primeras frases que escucho fue: "Las farmacias están abiertas para todos". Te soy sincero, a mí no me preocupa lo que haga el resto de equipos. Jamás me preocupó. Me importaba lo que pasara dentro del mío. Para que te hagas una idea, yo jamás estuve en ninguna comisión antidopaje de la UCI. Reuniones a las que, por cierto, siempre iban los mismos dos equipos, que no pienso nombrar. Yo no iba porque no me interesaba aquello. Mi manera de ver el ciclismo siempre ha sido constructiva, no destructiva. Y quiero mantener esa filosofía.", recuerda en una entrevista con Relevo
El año pasado dijiste en una entrevista con TVE que en 2003 os ofrecieron hacer transfusiones de sangre. ¿Quién?
Nos lo ofrecen, no voy a decir quién. Nos lo ofrecen y yo, como director de ONCE, me niego en rotundo. Recuerdo el día, recuerdo absolutamente todo.
¿Cómo llega tan fácil una oferta así?
Digamos que el mundo del ciclismo es muy pequeño, es una familia. Quizá ahora es menos familia y los equipos son más independientes, pero casi todo lo que ocurre en los equipos o lo que pasa en el mundo del ciclismo es por transmisión de conocimientos.
Entonces, hasta 2003, ¿nada?
En la ONCE jamás se hizo una transfusión de sangre. Lo digo, lo vuelvo a repetir y lo diré las veces que haga falta. La ONCE ha sido, con diferencia, el equipo más limpio del pelotón. Lo seguiré diciendo hasta el día que me muera, porque lo sé.
Si tan claro lo tienes es porque sabes lo que hacía el resto.
Es que es como una familia, lo vuelvo a repetir. Hay una transmisión de conocimientos, porque los directivos y auxiliares no nos movíamos nunca, pero los corredores iban yendo y viniendo de un equipo a otro. Entonces hay una transmisión de conocimientos, un flujo entre los equipos. Es algo que se da claramente.
Borremos al equipo ONCE de la ecuación. De 2003 en adelante, ¿puedes afirmar lo mismo?
[Suspira] Yo te diría que sí. Hay una cosa que me reprochan los corredores y que es cierto. Posiblemente en la época de Liberty Seguros [2004-2006] me dediqué mucho más a lo internacional que al propio equipo. Se me escaparon ciertas cosas con más facilidad. Pese a ello, estoy convencido de que también podría afirmar lo mismo.
¿Nunca te ha constado que un ciclista tuyo se dope?
Vamos a ver, ¡es que no se puede hablar así! ¿Ha dado alguno positivo? No [Piensa unos segundos] Hoy habrás venido en el trayecto a Torrelavega a más de 150 kilómetros por hora. ¿Te ha pillado la policía? No, ¿verdad? Mira, yo no defenderé el doping en mi vida porque nunca lo he hecho. Cuando llegué al mundo profesional, no sabía lo que era la centramina [una potente anfetamina que funciona como estimulante]. No la había visto en mi vida. Y había sido una base de uso durante los años anteriores.
¿Qué relación tenías con Eufemiano Fuentes?
Vamos a ver, Eufemiano fue médico mío en el 90 y 91. Entonces, una persona que ha estado dos años en tu equipo, pues lógicamente es alguien con quien mantienes amistad. Y lo repetiré mil veces, ese día yo estaba para hacer un favor a la hija de Eufemiano Fuentes.
![[Img #60831]](https://diariodeltriatlon.es/upload/images/11_2024/7519_saiz-2-min.jpg)
Hablas del día de tu detención en la Operación Puerto.
Exacto. Luego, que se lo quieran creer o no, allá ellos. Los malpensados dirán que es mentira y los que me conozcan y la gente de la ONCE dirán que es verdad. Nosotros ya habíamos metido a la hija de Eufemiano en la ONCE dos años antes. Y mira, no hace tanto tiempo que Eufemiano me ha llamado para un tema de su hija. La gente tiene que entender que tenemos vidas privadas. Nos conocemos y nos ayudamos. Y por desgracia para Eufemiano, tiene una hija que tiene que estar en la ONCE
[Manolo Saiz fue detenido el 23 de mayo de 2006 con un maletín en el que portaba 60.000 euros en metálico. En los años posteriores, durante el juicio de la Operación Puerto, ofreció versiones contradictorias]
¿En qué ha quedado vuestra relación?
Nos felicitamos los cumpleaños y las navidades por WhatsApp. No tengo por qué ocultarlo.
Él está desaparecido.
Hombre, está jubilado [ríe]. Estará ya tranquilo el hombre viviendo el buen clima de su tierra.
Pero su nombre, y el de todo aquel que se relacione con él, está condenado a la sombra del dopaje.
Vamos a ver, Eufemiano algún día puede contar cosas. Al final, no es un hombre del ciclismo, sino de todos los deportes. Eufemiano tiene una entrevista, no de ciclismo, sino de todos los años anteriores. Pero eso no interesa, ni al Gobierno ni a los medios de comunicación.
¿Por qué?
Hombre, porque ha sido médico de todo. De atletas, de futbolistas y de infinidad de deportes. Es que parece que Eufemiano ha estado solo en el mundo del ciclismo. Y no es así.
¿Cuál fue tu responsabilidad en todo lo que pasó?
A Dios doy gracias de que la Justicia me diera la razón y que, por tanto, no soy culpable [Saiz fue absuelto de la Operación Puerto el 30 de abril de 2013]. Pero lo que sí creo es que soy responsable por mi silencio durante tantos años. Sabía que estaba ahí. Y ya está. Al final, no me gusta mirar tanto al pasado. Mucha gente me pide que escriba un libro. Pues no lo sé, primero tienen que ser mis nietos mayores y contárselo todo a ellos.
¿Cómo recuerdas el día de tu detención?
Muy mal. Todavía hay algunas noches en las que me despierto con el segundo cerrojazo del calabozo. Te llevan al mismo sitio que a los etarras, al fin y al cabo. Y mira, yo sigo siendo un apestado.
¿Sientes que se te ha perdonado?
[Piensa durante unos segundos] No lo sé. No lo pienso nunca. Con el cariño de quienes me rodean y de mi familia tengo bastante. Si me quieren, no puedo aspirar a más. La gente dice que con ganar al Estado [por el juicio] uno ya tiene suficiente satisfacción, pero yo todavía sigo esperando... Es que fui cinco días portada de El País. Todavía estoy esperando un artículo de El País pidiendo perdón.
¿Tú has perdonado?
Sí, entre otras muchas cosas porque el gran culpable de todo ha fallecido, así que no puedo guardar ningún rencor hacia alguien que ya no está. Es mucho más importante la vida humana que los errores o los aciertos que cometamos. Luego está el innombrable, que nunca diré quién es; bastante tiene con su cruz y con saber que es mala persona.
Manolo Saiz, mítico director del equipo ONCE, vivió una época oscura del ciclismo profesional. Al final le salpicó el dopaje pero salió absuelto aunque muy tocado para el resto de su carrera. Siempre ha defendido que sus equipos fueron un ejemplo de limpieza pero reconoce que las trampas estaban a la orden del día. Recuerda una de las frases que más se usaban en el pelotón y que él escuchó por primer vez en 1989, en plena explosión de talento de miguel Induráin.
"Cuando llego a la élite en 1989, una de las primeras frases que escucho fue: "Las farmacias están abiertas para todos". Te soy sincero, a mí no me preocupa lo que haga el resto de equipos. Jamás me preocupó. Me importaba lo que pasara dentro del mío. Para que te hagas una idea, yo jamás estuve en ninguna comisión antidopaje de la UCI. Reuniones a las que, por cierto, siempre iban los mismos dos equipos, que no pienso nombrar. Yo no iba porque no me interesaba aquello. Mi manera de ver el ciclismo siempre ha sido constructiva, no destructiva. Y quiero mantener esa filosofía.", recuerda en una entrevista con Relevo
El año pasado dijiste en una entrevista con TVE que en 2003 os ofrecieron hacer transfusiones de sangre. ¿Quién?
Nos lo ofrecen, no voy a decir quién. Nos lo ofrecen y yo, como director de ONCE, me niego en rotundo. Recuerdo el día, recuerdo absolutamente todo.
¿Cómo llega tan fácil una oferta así?
Digamos que el mundo del ciclismo es muy pequeño, es una familia. Quizá ahora es menos familia y los equipos son más independientes, pero casi todo lo que ocurre en los equipos o lo que pasa en el mundo del ciclismo es por transmisión de conocimientos.
Entonces, hasta 2003, ¿nada?
En la ONCE jamás se hizo una transfusión de sangre. Lo digo, lo vuelvo a repetir y lo diré las veces que haga falta. La ONCE ha sido, con diferencia, el equipo más limpio del pelotón. Lo seguiré diciendo hasta el día que me muera, porque lo sé.
Si tan claro lo tienes es porque sabes lo que hacía el resto.
Es que es como una familia, lo vuelvo a repetir. Hay una transmisión de conocimientos, porque los directivos y auxiliares no nos movíamos nunca, pero los corredores iban yendo y viniendo de un equipo a otro. Entonces hay una transmisión de conocimientos, un flujo entre los equipos. Es algo que se da claramente.
Borremos al equipo ONCE de la ecuación. De 2003 en adelante, ¿puedes afirmar lo mismo?
[Suspira] Yo te diría que sí. Hay una cosa que me reprochan los corredores y que es cierto. Posiblemente en la época de Liberty Seguros [2004-2006] me dediqué mucho más a lo internacional que al propio equipo. Se me escaparon ciertas cosas con más facilidad. Pese a ello, estoy convencido de que también podría afirmar lo mismo.
¿Nunca te ha constado que un ciclista tuyo se dope?
Vamos a ver, ¡es que no se puede hablar así! ¿Ha dado alguno positivo? No [Piensa unos segundos] Hoy habrás venido en el trayecto a Torrelavega a más de 150 kilómetros por hora. ¿Te ha pillado la policía? No, ¿verdad? Mira, yo no defenderé el doping en mi vida porque nunca lo he hecho. Cuando llegué al mundo profesional, no sabía lo que era la centramina [una potente anfetamina que funciona como estimulante]. No la había visto en mi vida. Y había sido una base de uso durante los años anteriores.
¿Qué relación tenías con Eufemiano Fuentes?
Vamos a ver, Eufemiano fue médico mío en el 90 y 91. Entonces, una persona que ha estado dos años en tu equipo, pues lógicamente es alguien con quien mantienes amistad. Y lo repetiré mil veces, ese día yo estaba para hacer un favor a la hija de Eufemiano Fuentes.
Hablas del día de tu detención en la Operación Puerto.
Exacto. Luego, que se lo quieran creer o no, allá ellos. Los malpensados dirán que es mentira y los que me conozcan y la gente de la ONCE dirán que es verdad. Nosotros ya habíamos metido a la hija de Eufemiano en la ONCE dos años antes. Y mira, no hace tanto tiempo que Eufemiano me ha llamado para un tema de su hija. La gente tiene que entender que tenemos vidas privadas. Nos conocemos y nos ayudamos. Y por desgracia para Eufemiano, tiene una hija que tiene que estar en la ONCE
[Manolo Saiz fue detenido el 23 de mayo de 2006 con un maletín en el que portaba 60.000 euros en metálico. En los años posteriores, durante el juicio de la Operación Puerto, ofreció versiones contradictorias]
¿En qué ha quedado vuestra relación?
Nos felicitamos los cumpleaños y las navidades por WhatsApp. No tengo por qué ocultarlo.
Él está desaparecido.
Hombre, está jubilado [ríe]. Estará ya tranquilo el hombre viviendo el buen clima de su tierra.
Pero su nombre, y el de todo aquel que se relacione con él, está condenado a la sombra del dopaje.
Vamos a ver, Eufemiano algún día puede contar cosas. Al final, no es un hombre del ciclismo, sino de todos los deportes. Eufemiano tiene una entrevista, no de ciclismo, sino de todos los años anteriores. Pero eso no interesa, ni al Gobierno ni a los medios de comunicación.
¿Por qué?
Hombre, porque ha sido médico de todo. De atletas, de futbolistas y de infinidad de deportes. Es que parece que Eufemiano ha estado solo en el mundo del ciclismo. Y no es así.
¿Cuál fue tu responsabilidad en todo lo que pasó?
A Dios doy gracias de que la Justicia me diera la razón y que, por tanto, no soy culpable [Saiz fue absuelto de la Operación Puerto el 30 de abril de 2013]. Pero lo que sí creo es que soy responsable por mi silencio durante tantos años. Sabía que estaba ahí. Y ya está. Al final, no me gusta mirar tanto al pasado. Mucha gente me pide que escriba un libro. Pues no lo sé, primero tienen que ser mis nietos mayores y contárselo todo a ellos.
¿Cómo recuerdas el día de tu detención?
Muy mal. Todavía hay algunas noches en las que me despierto con el segundo cerrojazo del calabozo. Te llevan al mismo sitio que a los etarras, al fin y al cabo. Y mira, yo sigo siendo un apestado.
¿Sientes que se te ha perdonado?
[Piensa durante unos segundos] No lo sé. No lo pienso nunca. Con el cariño de quienes me rodean y de mi familia tengo bastante. Si me quieren, no puedo aspirar a más. La gente dice que con ganar al Estado [por el juicio] uno ya tiene suficiente satisfacción, pero yo todavía sigo esperando... Es que fui cinco días portada de El País. Todavía estoy esperando un artículo de El País pidiendo perdón.
¿Tú has perdonado?
Sí, entre otras muchas cosas porque el gran culpable de todo ha fallecido, así que no puedo guardar ningún rencor hacia alguien que ya no está. Es mucho más importante la vida humana que los errores o los aciertos que cometamos. Luego está el innombrable, que nunca diré quién es; bastante tiene con su cruz y con saber que es mala persona.
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