" Pogacar hasta los 18 años era buenecillo pero poco más, el mejor ciclista esloveno de su generación es ahora fisioterapeuta en Ineos"

"Hasta los 18 años Pogacar era buenillo pero ni mucho menos era el mejor de su generación, no solo en Europa si no en Eslovenia".  Martin Hvastija, seleccionador de Eslovenia en categoría sub-23, recuerda como el gran dominados del ciclismo mundial profesional en la actualidad tenía talento pero nadie podía esperar una evolución tan espectacular.

Todo cambió con el tour del Porvenir de 2018. En esa prueba que etiqueta a los ciclistas jóvenes que pueden convertirse en estrella vio cómo emergía la figura de un ciclista esloveno de peso muy liviano y mucha explosividad que no partía como favorito pero que se impuso en el prestigioso trampolín que supone esa prueba.

"Aunque cueste creerlo, no era el mejor de su generación"

"Tadej siempre ha tenido un talento especial. Ya años antes de llegar a Junior, en categoría sub-15, había tenido grandes resultados, brillando en carreras en las que siempre había alguna que otra rampa exigente, pero nadie podía pensar en lo que está haciendo ahora. Era buenecillo pero no se le veía que iba a ser una leyenda como es ahora", reconoce Martin Hvastija.

"Los entrenadores de su club, el Radenska, entre los que se encontraba Andrej Hauptman, técnico hoy del UAE Team Emirates, siempre me decían que tenían un chico súper talentoso en su equipo. Sin embargo, y aunque cueste creerlo, no era el mejor de su generación", añade Hvastija.

Hasta los 17 años, la bestia negra de Tadej Pogacar se llamaba Ziga Jerman, retirado y hoy fisioterapeuta en el Ineos Grenadiers. Tenía más cuerpo y más potencia y sumaban más triunfos que Tadej antes del esperadísimo Tour del Porvenir. Hasta ese caluroso agosto de 2018, Pogacar había brillado en suficientes carreras como para que muchos equipos profesionales se interesaran en él, pero lo cierto es que su potencial aún no se había traducido en victorias: cuatro en 2016, ninguna en 2017 y dos antes del Porvenir de 2018.

"La gran diferencia con el resto de  ciclistas es su tranquilidad"

Ese triunfo levantó el interés de un cazatalentos como Josean Fernández Matxín que vio la oportunidad de llevarse muy barato a un supertalento. Lo puso en manos de un mago dela fisiología como Iñigo San Millán y se trabajó en su potencial para convertirle en una estrella mundial.

El seleccionador esloveno resalta la evolución mental de Pogacar: "Es muy difícil resaltar algo que haga diferente a Tadej de los demás más allá de su talento, pero si tuviera que elegir algo sería, sin duda, su tranquilidad. Esa calma vital me impresionó desde el primer día, es un chico increíblemente tranquilo, pero cuando se pone el dorsal para una carrera, se transforma".

Algo que siempre sorprendió a Martin Hvastija desde su adolescencia es su confianza: "Es increíble cómo Tadej se transforma cuando compite. Cuando puede ganar, cuando tiene ante sí esa opción, ya sea en una carrera importante o en una prueba aparentemente menor, cambia, se convierte en otra persona. Es algo que impresiona y que sigo viendo a día de hoy. En Zúrich, por ejemplo, apenas media hora después de ganar el Mundial, estaba en la sala de prensa completamente tranquilo, respondiendo preguntas como si estuviera en el salón de su casa. No había emociones. En apenas unos minutos se había transformado de un caníbal a un chico normal".