Un exitoso entrenador de maratón manda a cuatro de sus atletas graves al hospital tras una sesión infernal y les acusa "de ser unos blandidos porque en Japón se entrena así"

Los maratonianos japoneses son famosos por sus volúmenes excesivos de entrenamiento. Son habituales las semanas de alrededor de 300 kilómetros buscando una base aeróbica rocosa. sin embargo, lo que pasó hace unos días con un exitoso entrenador ha cruzado todos los límites y acabó con varios atletas en una situación grave que pudo haber acabado en tragedia.

Hace unos días un periódico japonés destapó la salvajada cometida por un exitoso entrenador de maratonianos al que se acusa de abuso y acoso contra varios atletas a los que preparaba.

La administración de la universidad de Juntendo, la más exitosa en atletismo de todo el país, ha reconocido que los atletas  fueron puestos en peligro e indicó que el entrenador en cuestión sería alejado de cualquier tarea de entrenamiento.

El acusado es Keisuke Sawaki, de 80 años, entrenador en jefe del equipo de atletismo de Juntendo. Fue dos veces olímpico y compitió en eventos de pista de larga distancia tanto en los Juegos Olímpicos de Ciudad de México de 1968 como en los de Múnich de 1972. Como entrenador en jefe, Sawaki llevó a Juntendo a 9 de sus 11 victorias en Hakone, la prueba de relevos de maratón que enloquece en Japón. Esos éxitos lo llevaron a desempeñarse en un momento como director ejecutivo de la Federación Japonesa de Atletismo.

Series de 10.000 sin apenas descanso a 35 grados

El incidente específico en cuestión ocurrió hace un mes en el campus de la universidad de juntendo. Después de no clasificarse para la prueba de maratón más importante del país, Sawaki convocó a los miembros del equipo que habían competido en la carrera clasificatoria para castigarles con un entrenamiento salvaje.

 Un atleta que participó en este entrenamiento recuerda que se citó a los atletas "a una hora con un calor asfixiante de 35 grados. No era lo más adecuado y nos obligaron a hacer series de 10.000 metros a ritmos altos sin apenas descanso".

El entrenamiento se quedaría en algo simplemente duro si no se hubiese unido una decisión que puso en peligro la salud de sus atletas: "Otro entrenador intentó dar agua a la gente, pero el entrenador Sawaki se enfadó mucho y gritó: '¡No seáis tan blandos, estamos en Japón!" No entendíamos nada y nos moríamos de sed y de calor".

Cuatro atletas fueron trasladados graves por insolación

Tras terminar, muchos de los atletas se desplomaron en el suelo y algunos no pudieron levantarse durante varios minutos. Tras volver al dormitorio del equipo, al menos 4 corredores mostraron síntomas de insolación y fueron trasladados al hospital en ambulancia en estado grave.

Cuando se le pidió directamente que defendiera sus métodos, Sawaki aseguró que: "en Japón siempre se ha hecho así. No hay que ser blandito. No hacía tanto calor como para beber agua, no era necesario".

Cuando se le señaló que varios miembros del equipo se habían desmayado y trasladados al hospital no daba crédito: "Es la primera vez que escucho algo parecido. No fue tan duro como para acabar así".