Óscar Pereiro, ganador del Tour de Francia 2006, estaba en el podio ese día, vio pálido al ciclista esloveno y no daba crédito a que Movistar no valorara la posibilidad de que fuera uno más de los enfermos del equipo Red Bull-Bora
"¿Enric Mas y Movistar no miraron nunca a la cara a Roglic en la penúltima etapa de la Vuelta?, nunca había visto a un ciclista subir al podio haciendo lo que él hizo que demostraba que iba reventado"
El ciclista gallego asegura que tras ver la cara de Roglic en el podio se dio cuenta de que si ese día le hubiesen apretado habría caída fácilmente.
"¿Enric Mas no miró a la cara a Roglic en la penúltima etapa de la Vuelta?, nunca había visto a un ciclista subir al podio haciendo lo que él hizo que demostraba que iba reventado". Óscar Pereiro no da crédito a lo que pasó en esa etapa que podría haber dado un vuelco radical a la carrera y que terminó siendo un día anodino, plácido para el líder ante la falta de ataques.
![[Img #60297]](https://diariodeltriatlon.es/upload/images/09_2024/6962_roglic-1-min-1.jpg)
Para el ganador del Tour de Francia en 2006 ese día se perdió la oportunidad de que el ciclista balear pusiera patas arriba la carrera y se aprovechara de una clara debilidad del a la poste ganador de la carrera.
¿A nadie se le pasó por la cabeza en Movistar que la salmonelosis que afectaba al equipo Red Bull-Bora también le podría haber afectado a Primoz Roglic? Parece que no y tiene poca explicación que no tuvieran presente esa posibilidad.
"Iba al límite pero supo poner buena cara"
De hecho, unos minutos después de acabar la Vuelta a España en Madrid el ciclista esloveno aseguró que había tenido que ir "unas 20 veces al baño a causa del virus que afectó al equipo". Es decir, en esa etapa con más de 5.000 metros de desnivel iba al límite pero supo poner buena cara frente a unos rivales que pecaron de ingenuos.
Pereiro estaba ese día en el podio y vio de cerca a Roglic: "No estaba bien, iba pálido y se comía un bocadillo como si llevara tres días sin comer. Eso no lo había visto nunca antes y me di cuenta de que si le hubiesen apretado le podrían haber reventado".
El error ese día es conjunto de Movistar y de Enric Mas. El equipo debía haber impuesto un tren infernal desde el principio para poder reconocer el verdadero estado de forma de Roglic y Enric Mas debía haber sido más ambicioso y haber atacado, como mínimo, al comienzo del último puerto y no a 600 metros como hizo cuando descolgó con sorprendente facilidad a un rival al que le había costado horrores tomarle algún metro durante toda la Vuelta.
Roglic salvó su triunfo gracias a la magnanimidad de un equipo como Movistar al que luego se le quedó cara de tonto cuando conoció cuál era la condición física del líder.
"¿Enric Mas no miró a la cara a Roglic en la penúltima etapa de la Vuelta?, nunca había visto a un ciclista subir al podio haciendo lo que él hizo que demostraba que iba reventado". Óscar Pereiro no da crédito a lo que pasó en esa etapa que podría haber dado un vuelco radical a la carrera y que terminó siendo un día anodino, plácido para el líder ante la falta de ataques.
Para el ganador del Tour de Francia en 2006 ese día se perdió la oportunidad de que el ciclista balear pusiera patas arriba la carrera y se aprovechara de una clara debilidad del a la poste ganador de la carrera.
¿A nadie se le pasó por la cabeza en Movistar que la salmonelosis que afectaba al equipo Red Bull-Bora también le podría haber afectado a Primoz Roglic? Parece que no y tiene poca explicación que no tuvieran presente esa posibilidad.
"Iba al límite pero supo poner buena cara"
De hecho, unos minutos después de acabar la Vuelta a España en Madrid el ciclista esloveno aseguró que había tenido que ir "unas 20 veces al baño a causa del virus que afectó al equipo". Es decir, en esa etapa con más de 5.000 metros de desnivel iba al límite pero supo poner buena cara frente a unos rivales que pecaron de ingenuos.
Pereiro estaba ese día en el podio y vio de cerca a Roglic: "No estaba bien, iba pálido y se comía un bocadillo como si llevara tres días sin comer. Eso no lo había visto nunca antes y me di cuenta de que si le hubiesen apretado le podrían haber reventado".
El error ese día es conjunto de Movistar y de Enric Mas. El equipo debía haber impuesto un tren infernal desde el principio para poder reconocer el verdadero estado de forma de Roglic y Enric Mas debía haber sido más ambicioso y haber atacado, como mínimo, al comienzo del último puerto y no a 600 metros como hizo cuando descolgó con sorprendente facilidad a un rival al que le había costado horrores tomarle algún metro durante toda la Vuelta.
Roglic salvó su triunfo gracias a la magnanimidad de un equipo como Movistar al que luego se le quedó cara de tonto cuando conoció cuál era la condición física del líder.
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