Fermin Cacho defiende que un atleta dopado "no ha matado a nadie y si ha cumplido su castigo no hay que juzgarle y tratarle como si fuese el Cid Campeador desterrado de Castilla"

Fermín Cacho es uno de los grandes mitos de la historia del deporte español. Su histórico oro olímpico en 1.500 metros en Barcelona'92 le situó en la cúspide del atletismo pero hay un personaje siniestro como el doctor Eufemiano Fuentes que le señaló como un dopado y quiso menospreciar su logro. El atleta soriano se defiende en una entrevista con El Mundo e, incluso, critica a los que señalan en exceso a los que se saltan las normas.

¿Te dopaste?

Jamás. Fuentes lo insinuó, pero no me pudo acusar de nada porque es mentira. Te lo digo muy claro: sí, Eufemiano Fuentes era médico de la Federación de Atletismo y me trató, igual que a casi todos los atletas españoles. No tengo nada que esconder, porque para algo están las pruebas que lo demuestran: en mi carrera deportiva pasé entre 400 y 500 controles antidopaje y en ninguno salió nada raro. Ni un positivo ni un resultado extraño. Nada. Siempre limpio.

Entonces, ¿por qué crees que te señaló Eufemiano Fuentes?

No tengo ni puta idea. Eso habría que preguntárselo a él y yo no voy a hacerlo. Si es que, de hecho, no dijo nada, sólo que me había tratado. Pues claro, eso es público. ¿Dijo algo concreto de sustancias prohibidas? No, nada en absoluto, sólo enturbiar. Tengo la conciencia muy tranquila, él no lo sé.

¿No viste nada raro en aquel momento?

No. Era el médico de la Federación y ya está. Yo me fiaba igual que todos los demás. ¿Qué iba a hacer? ¿Buscarme otro médico? ¿Por qué? Si no me puedo fiar de la Federación... Insisto: 500 controles y ni una duda. Estoy muy tranquilo. Nadie va a ensuciar mi nombre ni mi conciencia.

¿Qué sentiste al escucharle?

En el momento me quedé en shock, muy jodido, pero luego decidí no dejar que me afectase. Mis controles están ahí, mis logros también y sé que fui siempre limpio.

Se ha hablado mucho recientemente de la caída en desgracia de Marta Domínguez que, tras su dopaje, ahora es vigilante de seguridad. ¿Cómo valoras su caso?

¿Sinceramente? Es injusto. Por una sencilla razón, no ha matado a nadie y ha cumplido su castigo. Hizo algo que no estaba permitido, pagó su sanción y ahora merece poder vivir sin que se la siga juzgando. No se la puede tratar como si fuese el Cid Campeador desterrado de Castilla. Es joven, la vida sigue y tiene que luchar por ella y su familia. Estar de vigilante en la estación de tren de Palencia es lo más digno del mundo, pero no se merece ese olvido.

¿Al atleta que va limpio no le molesta que otros hagan trampas?

Claro. Lo que hizo está mal, pero lo ha pagado y se ha reinsertado en su vida. Seguir tratándola como una apestada no es justo.