El pentacampeón del Tour explica todas las limitaciones con las que trabajó respecto a la actualidad y da mucho mérito que consiguiera recorrer solo 3 kilómetros menos que el actual plusmarquista mundial Filippo Ganna
Indurain saca pecho 30 años después de su récord mundial de la hora "en el que la aerodinámica se trabajó en una fábrica de coches porque no había túneles de viento"
El vigente récord de la hora está en 56.792 kilómetros. Lo consiguió un gigante de 1,90 llamado Filipo Ganna en octubre de 2022 con una tecnología muy avanzada, muchísimas horas de entrenamiento en la pista y un vasto trabajo en la consecución de una posición aerodinámica sobre la bicicleta casi perfecta. La plusmarca es impresionante y da aún más mérito a lo que consiguió Miguel Induráin hace justo 30 años cuando con muchas limitaciones respecto al ciclista italiano fue capaz de conseguir un legendario récord de la hora con 53,040 kilómetros en el Velódromo de la ciudad francesa de Burdeos.
La primera gran diferencia entre ambos ciclistas se centra en la escasa experiencia de Induráín rodando en la pista frente a Ganna. "La verdad es que yo apenas sabía llevar una bicicleta en una pista, lo mío era 100% la carretera y me costó mucho adaptarme a ir fijo sobre una linea dando vueltas en un velódromo", recuerda Miguel Induráin.
![[Img #59588]](https://diariodeltriatlon.es/upload/images/06_2024/9798_record-1-min.jpg)
Otro aspecto actualmete fundamental que ayuda a economizar esfuerzos y tener vatios gratis es la aerodinámica. En 1994 era un terreno en el que se trabajaba pero en una fase inicial y muy distante de cómo se trabaja actualmente: ". Yo llevaba trabajando con la bicicleta un tiempo pero en esa época no había túnel del viento y fuimos a fábricas de coches a entrenar la posición. Le dedicamos bastantes horas a la bicicleta, a la aerodinámica, a la posición y a mi figura, ya que no podía forzar mucho porque lo importante era la carretera. Esto era un suplemento más”.
El velódromo no era el habitat natural de Miguel Induráin y le costó mucho amoldarse a él: “Al ser un sitio cerrado tiene sus beneficios e inconvenientes. Tiene que estar ventilado… los expertos te decían cómo había que hacerlo y tú te dejabas guiar. La gente animó muchísimo y lo duro fue de la media hora hasta menos cuarto. La afición fue importante ahí. Me lo tomé como una contrarreloj de una hora".
"Lo valoro igual que mis cinco Tour de Francia"
El esfuerzo de la posición en el velódromo fue un suplicio para un ciclusta poco acostumbrado a la pista: "La posición es fija, y en la carretera puedes pedalear, levantarte o descansar algo. Ahí era un ritmo constante y girado siempre de un lado y muscularmente fue duro".
Induráin acabó muy satisfecho con el resultado, sobre todo por el poco tiempo que tuvopara preparar ese desafío: ”Tengo un recuerdo bonito. Fue difícil porque estaba centrado en las carreras de ruta y grandes vueltas. Fue un espectáculo y lo disfruté mucho. Salió muy bien".
Ese intento de récord en 1994 tuvo detalles muy curiosos: "El público debió entrar a última hora para evitar que la temperatura aumentase. Había mucho ambiente, demasiado. Fue festivo, ir hasta allí fue un esfuerzo importante y la gente tenía ganas y les tuvimos que frenar un poco. Una vez arranca la prueba ya ni te enteras porque ya estás a lo tuyo".
30 años después sigue valorando, y mucho, aquel logro en el velódromo de Burdeos: "El batir un récord es siempre un mito dentro de la carrera de un deportista. Me causo una enorme satisfacción porque era algo diferente a lo que estábamos acostumbrados, algo que te sacaba de la monotonía del entrenamiento diario. Para mí, aquel récord está a la altura de mis cinco Tours".
El vigente récord de la hora está en 56.792 kilómetros. Lo consiguió un gigante de 1,90 llamado Filipo Ganna en octubre de 2022 con una tecnología muy avanzada, muchísimas horas de entrenamiento en la pista y un vasto trabajo en la consecución de una posición aerodinámica sobre la bicicleta casi perfecta. La plusmarca es impresionante y da aún más mérito a lo que consiguió Miguel Induráin hace justo 30 años cuando con muchas limitaciones respecto al ciclista italiano fue capaz de conseguir un legendario récord de la hora con 53,040 kilómetros en el Velódromo de la ciudad francesa de Burdeos.
La primera gran diferencia entre ambos ciclistas se centra en la escasa experiencia de Induráín rodando en la pista frente a Ganna. "La verdad es que yo apenas sabía llevar una bicicleta en una pista, lo mío era 100% la carretera y me costó mucho adaptarme a ir fijo sobre una linea dando vueltas en un velódromo", recuerda Miguel Induráin.
Otro aspecto actualmete fundamental que ayuda a economizar esfuerzos y tener vatios gratis es la aerodinámica. En 1994 era un terreno en el que se trabajaba pero en una fase inicial y muy distante de cómo se trabaja actualmente: ". Yo llevaba trabajando con la bicicleta un tiempo pero en esa época no había túnel del viento y fuimos a fábricas de coches a entrenar la posición. Le dedicamos bastantes horas a la bicicleta, a la aerodinámica, a la posición y a mi figura, ya que no podía forzar mucho porque lo importante era la carretera. Esto era un suplemento más”.
El velódromo no era el habitat natural de Miguel Induráin y le costó mucho amoldarse a él: “Al ser un sitio cerrado tiene sus beneficios e inconvenientes. Tiene que estar ventilado… los expertos te decían cómo había que hacerlo y tú te dejabas guiar. La gente animó muchísimo y lo duro fue de la media hora hasta menos cuarto. La afición fue importante ahí. Me lo tomé como una contrarreloj de una hora".
"Lo valoro igual que mis cinco Tour de Francia"
El esfuerzo de la posición en el velódromo fue un suplicio para un ciclusta poco acostumbrado a la pista: "La posición es fija, y en la carretera puedes pedalear, levantarte o descansar algo. Ahí era un ritmo constante y girado siempre de un lado y muscularmente fue duro".
Induráin acabó muy satisfecho con el resultado, sobre todo por el poco tiempo que tuvopara preparar ese desafío: ”Tengo un recuerdo bonito. Fue difícil porque estaba centrado en las carreras de ruta y grandes vueltas. Fue un espectáculo y lo disfruté mucho. Salió muy bien".
Ese intento de récord en 1994 tuvo detalles muy curiosos: "El público debió entrar a última hora para evitar que la temperatura aumentase. Había mucho ambiente, demasiado. Fue festivo, ir hasta allí fue un esfuerzo importante y la gente tenía ganas y les tuvimos que frenar un poco. Una vez arranca la prueba ya ni te enteras porque ya estás a lo tuyo".
30 años después sigue valorando, y mucho, aquel logro en el velódromo de Burdeos: "El batir un récord es siempre un mito dentro de la carrera de un deportista. Me causo una enorme satisfacción porque era algo diferente a lo que estábamos acostumbrados, algo que te sacaba de la monotonía del entrenamiento diario. Para mí, aquel récord está a la altura de mis cinco Tours".
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