Los ‘vampiros’ visitaron de madrugada al danés Rasmus Henning en su hotel
A favor de los controles pero a las ¡6.45 de la mañana!
La vida de un
deportista de elite se ha convertido en un carrusel de sorpresas diarias en el
capítulo de los controles antidoping. Se habla del ciclismo como un deporte
perseguido por los organismos que intentan “cazar” al tramposo, pero el
triatlón no se queda atrás.
Los triatletas
saben que no hay hora ni ciudad del mundo donde no ver a uno de esos
perseguidores del doping. Un caso singular ha sucedido estos días y se ha
publicado en Twitter.
El danés
Rasmus Henning se encontraba apurando su última hora de sueño en su hotel de
concentración cuando a las 6.45 de la mañana tocaron a la puerta de su
habitación. Con las legañas y desorientado por el madrugón abrió la puerta y
comprobó como dos tipos con jeringuillas y botes para almacenar orina le
conminaban a comenzar un control antidoping.
No debe ser
agradable que lo primero que te hagan aún bostezando sea sacarte sangre porque
lo de orinar es mucho más fácil nada más levantarse.
Es normal que
se hagan controles por sorpresa pero ¡a las 6.45 de la mañana! ¿no sería igual
de sorpresivo el control a las 9? Actitudes como esta dirige a estos organismos
hacia el sinsentido, humillan al deportista y le tratan como a un delincuente.
Estos controles deben realizarse con asiduidad para acabar con los tramposos,
pero el tramposo lo será igual a una hora más católica.
Algunos
triatletas españoles han reconocido que les han buscado en medio de una comida
familiar o hasta de una boda. Encontrar a un deportista es más fácil, suele
seguir unas rutinas y es muy sencillo encontrarle en un sitio determinado sin
tener que minar su dignidad.
La vida de un deportista de elite se ha convertido en un carrusel de sorpresas diarias en el capítulo de los controles antidoping. Se habla del ciclismo como un deporte perseguido por los organismos que intentan “cazar” al tramposo, pero el triatlón no se queda atrás.
Los triatletas saben que no hay hora ni ciudad del mundo donde no ver a uno de esos perseguidores del doping. Un caso singular ha sucedido estos días y se ha publicado en Twitter.
El danés Rasmus Henning se encontraba apurando su última hora de sueño en su hotel de concentración cuando a las 6.45 de la mañana tocaron a la puerta de su habitación. Con las legañas y desorientado por el madrugón abrió la puerta y comprobó como dos tipos con jeringuillas y botes para almacenar orina le conminaban a comenzar un control antidoping.
No debe ser agradable que lo primero que te hagan aún bostezando sea sacarte sangre porque lo de orinar es mucho más fácil nada más levantarse.
Es normal que se hagan controles por sorpresa pero ¡a las 6.45 de la mañana! ¿no sería igual de sorpresivo el control a las 9? Actitudes como esta dirige a estos organismos hacia el sinsentido, humillan al deportista y le tratan como a un delincuente. Estos controles deben realizarse con asiduidad para acabar con los tramposos, pero el tramposo lo será igual a una hora más católica.
Algunos triatletas españoles han reconocido que les han buscado en medio de una comida familiar o hasta de una boda. Encontrar a un deportista es más fácil, suele seguir unas rutinas y es muy sencillo encontrarle en un sitio determinado sin tener que minar su dignidad.
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