El Maratón de Nueva York prohíbe participar a una corredora popular británica tras aplicar de manera estúpida una norma antiterrorista

El Maratón de Nueva York es el santo grial del running de larga distancia. cualquiera que comienza a correr y quiere llegar a correr un maratón desea fervientemente poder participar algún día en esta icónica prueba. Sin embargo, a veces sus organizadores no saben ser flexibles e interpretar con sensibilidad una norma con mucho sentido pero incomprensible en el caso de Gayle Redmon.

Esta corredora popular no olvidará jamás la edición 2023 del Maratón neoyorquino, ya que tras entrenar seis meses y gastarse cerca de 3.000 euros, se quedó sin poder correr porque le aplicaron una medida que en su caso debía haber sido eliminada.     

A Gayle se le quedó cara de estupefacción tras comunicarle la organización que no podía correr con una mochila de hidratación asida a su espalda.  Esta mujer británica sufrió una endometriosis que le obligó a depender de un estoma, una abertura microscópica que permite conectar el sistema digestivo a una bolsa externa de la que depende para vivir, hecho que chocó frontalmente con las estrictas normas de New York Road Runners, los organizadores de la carrera.       

Una norma que nació en 2013 tras los atentados del Maratónde Boston

Redmon ha denunciado esta discriminación a la BBC, ya que pretendía usar una pequeña mochila con chaleco de trail running con capacidad para bolsas de agua de 1,5 litros que necesitaba, como ha hecho en numerosas carreras en los últimos años, e informó de ello con fotografías a la organización hace seis meses, cuando se registró como corredora con discapacidad, pero recibió una respuesta de que solo se le permitiría usar un cinturón.   

Los vestidos de hidratación están prohibidos en la carrera neoyorkina después del atentado del Maratón de Boston en 2013, cuando una bomba mató a tres personas e hirió a otras 260. "Habría hablado con gusto con la Policía de Nueva York sobre sus preocupaciones. Pregunté repetidamente a la organización que otras sugerencias tenían para ayudarme con mi problema y no me presentaron ninguna solución", lamenta Redmon, que 11 días antes de la carrera recibió el último mail en el que se le permitía usar botellas frontales en un chaleco sin mochila, pero no se decía nada sobre dónde podría llevar la bolsa de su estoma.     

Redmon salió este domingo a dar una larga carrera y, aún dolida, evitó ver lo que estaba sucediendo en Nueva York, la carrera que tan sacrificadamente había preparado y que le habían impedido correr.