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DDT
Martes, 11 de Julio de 2023
El ganador de la Vuelta a España en 1986 desvela la increíble historia de generosidad que tuvo con él un ciclista profesional cuando sólo tenía 16 años y que le permitió competir, seguramente ese gesto regaló al ciclismo español un corredor de fuerza y raza

Álvaro Pino: “Ese ciclista profesional me dijo ‘si tú me dejas tú bici de paseo yo te doy la mía de competición’”

En el ciclismo actual los corredores en etapa juvenil ya entrenan como profesionales y con 15 años ya llevan unas dietas espartanas que asustan a los corredores de otras épocas.

 

Uno de esos corredores es Álvaro Pino, un ciclista que encontró muy tarde su pasión por el deporte que le consagró. Pino se hizo ciclista gracias a que en su aldea había un corredor profesional.

 

Yo recuerdo que cuando decidí que quería ser ciclista fue por un vecino en mi aldea, un pueblo pequeño de la provincia de Pontevedra. Él llegaba de correr del País Vasco y no pusimos a mirar su bicicleta. Los domingos nos juntábamos los amigos en una tienda que había en la aldea y le vi que llevaba una bicicleta de competición, una Zeus”, comenta el ganador de la Vuelta a España en 1986.

 

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Al igual que le pasó A Remco Evenepoel, Álvaro Pino iba para futbolista pero a los 16 años decidió subirse en una bicicleta de competición por primera vez.

 

“Nos quedamos todos viendo esa bicicleta y esperé hasta que se marcharon todo y me quedé sólo como petrificado mirando esa bicicleta y el ciclista me preguntó, ¿qué pasa que te gusta la bicicleta? Y le dije que sí. Yo en ese momento ya tenía 16 años y era mayor para empezar en el ciclismo. Yo lo que jugaba era al fútbol como la mayoría de los críos de aquella época”, comenta el ciclista gallego.

 

Álvaro Pino recuerda que la generosidad de ese ciclista es lo que le permitió comenzar en el ciclismo ya que le dejó su bicicleta de competición a cambio de la suya de paseo.

 

“Yo lo que tenía era una bicicleta de paseo y lo que me dijo ese ciclista es ‘tú si quieres competir te dejo la bici y tú me dejas la tuya para moverme por el pueblo’. Ese mismo día me la lleve a probar y me dio la impresión de que con esa bicicleta casi no hacía n falta dar pedales pero luego me di cuenta que el ciclismo era más duro de lo que yo pensaba. Ese fue mi primer flechazo con el mundo del ciclismo”, comenta Pino.

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