Bugno recuerda cómo perdió el Tour de 1991 “porque a Induráin le hicieron la carrera Fignon y Lemond”

Gianni Bugno fue uno de los damnificados de Miguel Induráin. El mítico ciclista italiano ganó el Giro de Italia en 1990 y rozó la victoria en el Tour de Francia en 1991, el año en el que Induráin se adjudicó con la primera de sus cinco victorias en la ronda gala.

Bugno finalizó en segunda posición, a 3’36’’ de Induráin, en el Tour de 1991, una carrera en la que el español contó, en opinión del italiano, con la gran ayuda de Greg Lemond y Laurent Fignon. “Estaban Fignon, Lemond y Perico Delgado. Eran ellos quienes le hacían la carrera. En la bajada del Tourmalet, Chiappucci e Indurain partieron fuerte, y yo me quedé con Lemond y Fignon atrás. Después, en llano, intentamos recuperar. A un cierto punto, me encontré en la subida del Val Louron solo. Les recorté algo más de un minuto, pero no conseguí ni la maglia ni ganar la etapa. Miguel, en los puertos, aguantaba muy bien también”, comenta el ciclista itasliano.

Bugno tiene claro que si no se hubiese topado con Induráin posiblemente tendría algún Tour de Francia en su palmarés. “Probablemente sí. Habría ganado algún Tour de Francia, pero estas especulaciones no sirven para nada. Fue así y ya está. Él era el mejor en la crono, y en aquellos tiempos el Tour las tenía muy largas y difíciles. Partía favorito”, comenta el ciclista transalpino.

Bugno también destaca que Induráin contó con el Banesto un equipo perfecto para ganar el Tour de Francia, algo que a él no le sucedió con el Gatorade. “Era matemático que él ganara el Tour. Lo sabía y lo aprovechaba. Al Banesto le interesaba esto más que ganar otras carreras. Quiero pensarlo así. Se concentraron sólo en eso, y bien que hicieron. Banesto fue muy importante para él, y viceversa. Conformaron una gran pareja. Yo, desgraciadamente, era Gatorade”, comenta Bugno.

El ciclista italiano no duda al calificar a Miguel Induráin como el mejor ciclista de su época y, posiblemente, de la historia. “Estamos hablando del mejor ciclista de nuestra época. Siempre le respeté y admiré, como todo el mundo del ciclismo. Era humilde, y todos le apreciaban. Fue un grande, poco más se puede añadir.  En realidad, de todos los tiempos. Cinco Tours y dos Giros es para enmarcarlo para siempre”, comenta el segundo clasificado en el Tour de 1991.

Bugno reconoce que le tocó asumir que Induráin era imbatible en el Tour de Francia. “Era demasiado bueno. Lo intenté, pero era inútil competir con él. Cuando estás delante de un especialista tan bueno es inútil estar ahí fosilizado porque es imposible ganarle”, comenta el ganador del Giro en 1990.

Fuente: Relevo