Xandres Vervloesem era la gran esperanza belga en 2018 junto al vigente campeón mundial, pero reconoce que los nuevos métodos de entrenamiento y vida espartana le han llevado al límite mental
De ganar a Evenepoel con 18 años a retirarse con 22 por no aguantar mas "vivir como un sacerdote y tener la cabeza llena de datos a todas horas "
A Xandres Vervloesem le lluvían los halagos hace cuatro años. Tenía 18 años y se impuso a dos figuras de su generación que ya apuntaban a estrellas mundiales. Tenía por delante un futuro brillante, pero en 2022 con solo 22 años se ha convertido en un 'juguete roto' que ha anunciado que se retira del ciclismo profesional al no auantar tener todo el día "la cabeza llena de datos".
![[Img #55095]](https://diariodeltriatlon.es/upload/images/12_2022/1572_xandres1-min.jpg)
"Respiraba ciclismo a todas horas"
El ciclista belga asegura que ha preferido ser honesto consigo mismo y abandonar un deporte que con los nuevos métodos de entrenamiento ha acabadoi por asfixiarle. Xandres Verlvloesem reconoce que el ciclismo actual genera una presión excesiva que es muy difícil de manejar: “Desde muy joven me entregué al ciclismo. Respiraba ciclismo a todas horas. Viví como un sacerdote porque pensé que correr me haría feliz. Pero el equilibrio se rompió y me di cuenta de que era todo menos feliz".
El prometedor ciclista belga reconoce que desde los 18 años ya sintió que algo iba mal en su cabeza: "La diversión comenzó a desvanecerse cuando me encontré en el equipo de desarrollo de Team Sunweb (DSM) a los 18 años. De repente descubrí que ser un ciclista profesional era mucho más que andar en bicicleta. Los datos de repente determinaron mi vida, pensaba en datos a todas horas y me rompí, no aguantaba más". A la presión por el entrenamiento se unió el riesgo de su deporte con as caídas: “Me caí a los 18 años y nunca me recuperé mentalmente. Había trabajado muy duro durante meses en el invierno. Después de esta caída, sentí que todos mis esfuerzos habían sido en vano".
En el ciclismo moderno a los 20 años los ciclista se convierten en estrellas mundiales que aspiran a ganar grandes vuelta. Xadres Vervloesem se sentía muy retrasado en su evolución respecto a otros ciclistas con los que competía y ganaba a los 18 años. Esa necesidad de explotar muy jóvenes le llevó a hundirse mentalmente: “Estaba atrasado y me preguntaba constantemente si era lo suficientemente bueno. Vi pasar a los compañeros, mientras yo continuaba pedaleando por destacar. Esto creó cierta presión y me llevó a no ser feliz sobre la bicicleta. Me hizo preguntarme: ¿Realmente quiero esto? No".
"Perdí la pasión por correr en bici"
Vervloesem había dejado de lado sus estudios para convertirse en profesional. Apenas tuvo tiempo de disfrutar de sus amigos y familia: "Cuando era ciclista profesional y conocí a mis ídolos, también perdí un poco la pasión por correr. Mis ídolos resultaron ser personas comunes con muchas inseguridades a su alrededor. Vi cómo era su vida como ciclistas de elite y me di cuenta que no les envidiaba, que no era la vida que quería llevar durante muchos años".
Tras desengañarse con el ciclismo puso en la balanza cómo podría ser más feliz y no tuvo dudas: “Me di cuenta de lo que era importante en la vida y lo que me hacía feliz en la vida. Y no era ciclismo. Si me hubiera quedado más tiempo con la bicicleta me habría lastimado aún más".
El ya exciclista belga señala cómo están sufriendo otros ciclistas jóvenes: "Se les está exigiendo mucho mentalmente y muchos no van a poder aguantar mucho tiempo de esa manera. en mi caso siento que he vuelto a conectar con mi familia y amigos. Reanudaré mis estudios en ciencias ambientales y naturales el próximo año en la Universidad de Amberes. Mi sueño es colaborar algún día en tecnologías innovadoras para tratar las aguas residuales y proporcionar agua potable. El ciclismo será algo para recordar y punto.
A Xandres Vervloesem le lluvían los halagos hace cuatro años. Tenía 18 años y se impuso a dos figuras de su generación que ya apuntaban a estrellas mundiales. Tenía por delante un futuro brillante, pero en 2022 con solo 22 años se ha convertido en un 'juguete roto' que ha anunciado que se retira del ciclismo profesional al no auantar tener todo el día "la cabeza llena de datos".
"Respiraba ciclismo a todas horas"
El ciclista belga asegura que ha preferido ser honesto consigo mismo y abandonar un deporte que con los nuevos métodos de entrenamiento ha acabadoi por asfixiarle. Xandres Verlvloesem reconoce que el ciclismo actual genera una presión excesiva que es muy difícil de manejar: “Desde muy joven me entregué al ciclismo. Respiraba ciclismo a todas horas. Viví como un sacerdote porque pensé que correr me haría feliz. Pero el equilibrio se rompió y me di cuenta de que era todo menos feliz".
El prometedor ciclista belga reconoce que desde los 18 años ya sintió que algo iba mal en su cabeza: "La diversión comenzó a desvanecerse cuando me encontré en el equipo de desarrollo de Team Sunweb (DSM) a los 18 años. De repente descubrí que ser un ciclista profesional era mucho más que andar en bicicleta. Los datos de repente determinaron mi vida, pensaba en datos a todas horas y me rompí, no aguantaba más". A la presión por el entrenamiento se unió el riesgo de su deporte con as caídas: “Me caí a los 18 años y nunca me recuperé mentalmente. Había trabajado muy duro durante meses en el invierno. Después de esta caída, sentí que todos mis esfuerzos habían sido en vano".
En el ciclismo moderno a los 20 años los ciclista se convierten en estrellas mundiales que aspiran a ganar grandes vuelta. Xadres Vervloesem se sentía muy retrasado en su evolución respecto a otros ciclistas con los que competía y ganaba a los 18 años. Esa necesidad de explotar muy jóvenes le llevó a hundirse mentalmente: “Estaba atrasado y me preguntaba constantemente si era lo suficientemente bueno. Vi pasar a los compañeros, mientras yo continuaba pedaleando por destacar. Esto creó cierta presión y me llevó a no ser feliz sobre la bicicleta. Me hizo preguntarme: ¿Realmente quiero esto? No".
"Perdí la pasión por correr en bici"
Vervloesem había dejado de lado sus estudios para convertirse en profesional. Apenas tuvo tiempo de disfrutar de sus amigos y familia: "Cuando era ciclista profesional y conocí a mis ídolos, también perdí un poco la pasión por correr. Mis ídolos resultaron ser personas comunes con muchas inseguridades a su alrededor. Vi cómo era su vida como ciclistas de elite y me di cuenta que no les envidiaba, que no era la vida que quería llevar durante muchos años".
Tras desengañarse con el ciclismo puso en la balanza cómo podría ser más feliz y no tuvo dudas: “Me di cuenta de lo que era importante en la vida y lo que me hacía feliz en la vida. Y no era ciclismo. Si me hubiera quedado más tiempo con la bicicleta me habría lastimado aún más".
El ya exciclista belga señala cómo están sufriendo otros ciclistas jóvenes: "Se les está exigiendo mucho mentalmente y muchos no van a poder aguantar mucho tiempo de esa manera. en mi caso siento que he vuelto a conectar con mi familia y amigos. Reanudaré mis estudios en ciencias ambientales y naturales el próximo año en la Universidad de Amberes. Mi sueño es colaborar algún día en tecnologías innovadoras para tratar las aguas residuales y proporcionar agua potable. El ciclismo será algo para recordar y punto.
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