Lunes, 08 de Septiembre de 2025

ddt2
Sábado, 17 de Diciembre de 2022
Marcos Freire se ha convertido en la gran sensación del ciclismo de formación español y el mánager del equipo del bicampeón del Tour le ha querido ver en directo entrenando con las estrellas del equipo

El descubridor de Pogacar pone a prueba al prometedor hijo de 16 años de Oscar Freire en la concentración del Emirates

El UAE Tour de Tadej Pogacar, Juan Ayuso, Joxean Fernández Matxin y compañía se ejercita estos días por La Nucía. El equipo, uno de los más potentes del planeta, pedalea por el sambódromo de las bicis mientras sus corredores van cogiendo la forma.  Como cada vez es más habitual en este tipo de 'traning camp', algunos ciclistas jóvenes tienen la oportunidad de compartir tiempo con los cracks. Y, entre ellos, esta vez asoma Marcos Freire, hijo de la leyenda Óscar Freire. 

 

[Img #55061]

 

 

Matxin ha revolucionado las redes con una imagen en la que aparece con padre e hijo en sus primeros compases como ciclistas. "Esa foto venía con dedicatoria. Nos queríamos hacer una foto los tres, pero al final se nos pasó. Tuve a su padre y ahora hemos podido compartir siete días con el hijo", dice a MARCA el director español, quien desvela que en otra imagen sale con Ayuso porque el chico "va a correr este año en el Bathco", conjunto del tercer clasificado de la última Vuelta. 

 

"Es rápido, pero también completo. Es cadete y ha ganado nueve carreras. Le he visto llevar la cuna, después con el carrito y ahora con 16 sprint en el grupo de Pogacar y compañía. Este tipo de cosas son bonitas", añade Matxin, quien no descarta que le toque dirigir a Marcos en el futuro.", advierte Matxin.   

 

 

Le fichó el descubridor de su padre

 

Hace unos años Óscar Freire y su familia se afincaron en Suiza, un país donde el hockey sobre hielo es uno de los grandes referentes deportivos. "Con seis o siete años, mis amigos me aficionaron al hockey", recordaba Marcos Freire para EL ESPAÑOL. Aquello no le terminó de convencer, y entonces comenzó a probar otros deportes. Primero la gimnasia, después el fútbol, y más tarde la bicicleta. Ahí es donde algo le tocó por dentro porque es con lo que se ha quedado y con lo que está haciendo carrera poco a poco. 

 

 

Como otros muchos niños comenzó dando sus primeros pedales con la mountain bike a sus once años. Pero un par de años más tarde, su bici iba a cambiar de forma: "Dí el salto a infantil y vino a mi casa 'Cundo', que era el entrenador que también llevó a mi padre, y me dijo: 'Te tienes que venir conmigo a hacer carretera'", relata Marcos Freire. "En cadetes ya corrió algo de escuelas y le gustó. Creo que al final todo esto le gusta porque el mundo que me rodea a mí es el ciclismo y ese gusanillo se pega", relata Óscar Freire, su padre.  

 

[Img #55062]

 

 

El ciclismo es un deporte que hace sufrir mucho a los familiares por naturaleza. Los entrenamientos en tráfico abierto y el peligro de las competiciones generan mucha incertidumbre, y por eso en un principio sus padres no querían que Marcos se dedicara al ciclismo. "Mi mujer no quería que le diera a los pedales porque ya sufrió mucho conmigo. A mí también me pasó al principio, y pensé que hiciera lo que quisiera menos ciclismo, pero cuando ya tiene más edad, piensas que haga lo que quiera", cuenta Óscar.   

 

 

El tres veces campeón del mundo pronto vio que aquello de montar en bici se le daba bien. Algo sabía de ello y un talento como el de su hijo no se le escapaba a la vista, aunque sabía que Marcos debía trabajar más tal y como le veía en sus inicios. "Pensaba que el día que entrenara un poco más iba a andar bien". 

 

 

El tricampeón mundial nunca ha presionado a su hijo

 

Sin embargo, y al contrario que sucede con otros padres más entrometidos, en este caso Marcos tuvo total libertad y quizás esa sea una de las claves de todo: "En su primer año no entrenaba mucho, pero yo nunca le he dicho que saliera a hacerlo. Le dejaba, sabía que él no estaba haciendo lo mejor pero creo que no era necesario. Ahora tampoco le digo cómo tiene que entrenar ni le hago un plan", relata Óscar. 

 

 

El apellido Freire Como siempre pasa con los sucesores, el apellido puede ser algo muy positivo o una losa muy pesada de llevar. En este caso, Freire es un apellido que tiene mucho peso dentro del ciclismo y que rápidamente llama la atención, algo con lo que está teniendo que convivir Marcos desde sus primeras carreras. "Los primeros días me gustaba pero ahora... En las carreras que gano, lo llevo bien, pero en las que no gano me critican mucho", dice Marcos.   "Me doy cuenta de que la repercusión que tiene por ser mi hijo es mayor, yo cuando era como él ganaba muchas cosas también y nadie me conocía. Sé lo difícil que es y hasta que no lo vea dar pedales en otras categorías... Cuesta mucho llegar", asevera el tres veces campeón del mundo.  

 

[Img #55063]

 

 

No obstante, el apellido parece que ha vuelto a hacer de las suyas porque Marcos podría haber salido, por ejemplo, como un gran escalador, pero por las cosas del destino resulta que también se defiende en las llegadas al sprint. "Tiene un poco mis características, pero es más grande que yo, está más desarrollado", dice el padre.

 

 

Marcos, por su parte, se atreve a definirse: "Suelo sprintar bien, cuando llegamos al sprint los demás intentan no llegar conmigo", dice. 

 

 

Su padre nunca le ha dado buen material para competir

 

Padre e hijo han mantenido hasta hace poco una 'guerra' que tenía que ver con el material. Todos podían pensar que Marcos se iba a plantar en cada carrera con la mejor bicicleta y los mejores componentes, aprovechando las posibilidades que su padre le podría brindar, pero precisamente ha resultado todo lo contrario. Del pelotón, seguramente el que llevaba una peor bici ha sido, durante tiempo, Marcos, muy por debajo de otros jóvenes ciclistas a los que ganaba. 

 

 

"En infantiles empecé a correr con una bici de mi padre que me valía. Luego crecí e Iván Gutiérrez me dejó una suya que pesaba unos 9,300 kilos. Me decían: '¿Cómo te puedes apellidar Freire y llevar esa bici?'", cuenta Marcos entre risas. Pero su padre no quería regalarle nada, trataba de inculcarle que tenía que esforzarse para conseguir las cosas y que, además, lo más importante eran las piernas.  

 

 

Óscar lo tiene claro: "Si algo le he enseñado es a valorar las cosas, cada cosa en su momento. Le hago valorar un poco lo que cuesta todo, pero no solo en la vida, sino también fuera. En la vida nadie te regala nada. He tenido riñas con él y con mi familia porque yo era más severo, pero le he hecho ver que no es tan importante la bici". 

 

 

Matxín le sigue muy de cerca

 

 

A Marcos se le acaban los dedos de las dos manos ya para contar sus victorias. Dice que tiene ya diez en su haber, y a ellas hay que sumarles otros segundos o terceros puestos que alargan sus éxitos. Su ídolo es alguien que, curiosamente, tiene tres Mundiales en sus piernas. Peter Sagan es el referente en el que siempre se ha fijado. "Cuando vino a Cantabria insistí a mi padre para ir a verle al hotel, y al final me llevó, conseguí su firma y me regaló un bidón", dice todavía ilusionado. 

 

 

Marcos, que ganaba con aquella bici de casi 10 kilos, tiene planeado ampliar su abanico de triunfos ahora que ha conseguido dar un paso más en su instrumento de trabajo. Después de esperar pacientemente a poder evolucionar y contar con una bicicleta mejor, al fin lo consiguió de la manera más inesperada. "Ha pasado de tener la peor a correr casi con la mejor", dice Óscar.  ¿El motivo? Que Joxean Fernández Matxín entró en acción. El director del Emirates Team, el equipo donde corren Tadej Pogaçar, Juan Ayuso, Marc Soler y compañía, es el mayor cazatalentos que existe desde hace años en el ciclismo y tiene muy bien vigiladas a las nuevas generaciones. Hace tiempo que le ha echado el ojo a Marcos Freire, y por eso quiso tener un detalle con él.  

 

 

"Una vez salí a entrenar como cualquier día normal, y al llegar a casa mi madre me dijo que subiera para arriba. Entonces, a lo lejos vi el coche del UAE y vi que era Matxín con una bici", dice Marcos con una ilusión desbordada. El director del súper equipo del ciclismo le llevó una Colnago que Freire va a cuidar durante mucho tiempo como si fuera su mayor reliquia. 

 

 

Marcos sigue en ocasiones descubriendo carreras que un día, hace años, ganó su padre. "Veo vídeos en casa y digo, esta carrera es importante y la ha ganado mi padre". Le queda muchísimo camino para alcanzar una pequeña parte de lo que Óscar sumó a su palmarés, pero tiene la ilusión intacta, buenas piernas y un maestro inmejorable.

Comentarios Comentar esta noticia
Comentar esta noticia

Normas de participación

Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.

Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.

La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad

Normas de Participación

Política de privacidad

Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.187

Todavía no hay comentarios

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.