El ciclista navarro tiene claro cuál ha sido el puerto más duro que ha ascendido en el Tour. “Recuerdo a un Induráin trágico y con el maillot abierto”, comentó un testigo cuando Induráin subió ese puerto
Induráin: “Es el puerto que más me ha hecho sufrir en el Tour”
Todo el mundo recuerda las gestas de Miguel Induráin en el Tour de Francia pero para poder conseguir esos cinco Tour de forma consecutiva el ciclista navarro también tuvo que pasar por días duros en las que sus rivales estuvieron muy cerca de arrebatarle el maillot amarillo.
Una de esos días se vivió en el Tour de 1993, en el que tuvo como gran rival a Tony Rominger, en la ascensión al Col de la Bonette, un durísimo puerto de 23 kilómetros con una pendiente media de casi el 7% y que tiene su cima a 2.803 metros.
“Recuerdo el silencio. Casi absoluto. Sin viento. Sin aire. Sin vegetación. Sólo sol y piedra. Los coches tenían prohibido tocar la bocina porque es un parque natural. Recuerdo a un Induráin, trágico, con el maillot abierto. Como Rominger, como todos. Lentos. Boquiabiertos. Luego me contaron que no se habían atacado. Que a esa altitud sólo se puede subir a un ritmo, como podían”, comentó uno de los testigos de esa dura jornada en el Tour de Francia.
![[Img #54657]](https://diariodeltriatlon.es/upload/images/11_2022/9964_5.jpg)
El propio Miguel Induráin reconoció que es el puerto en el que más ha sufrido en sus cinco Tour de Francia. “La Bonette es el puerto que más me ha hecho sufrir en el Tour”, comentó un Indurain sobre un puerto los ciclistas coronaron ahogados un puerto que supera en altura a los míticos Galibier (2.645 metros) e Iseran (2.770).
El Col de la Bonette forma parte del ciclismo español en el Tour de Francia ya que en 1962 y 1964 Federico Martín Bahamontes lo coronó en primera posición.
![[Img #54655]](https://diariodeltriatlon.es/upload/images/11_2022/3073_3.jpg)
Antoine Blondin, periodista de 'L'Equipe', definió a la perfección lo que sentían los ciclistas que buscaban coronar el Col de la Bonette. “Este puerto mata lentamente”, comentó el periodista galo.
Todo el mundo recuerda las gestas de Miguel Induráin en el Tour de Francia pero para poder conseguir esos cinco Tour de forma consecutiva el ciclista navarro también tuvo que pasar por días duros en las que sus rivales estuvieron muy cerca de arrebatarle el maillot amarillo.
Una de esos días se vivió en el Tour de 1993, en el que tuvo como gran rival a Tony Rominger, en la ascensión al Col de la Bonette, un durísimo puerto de 23 kilómetros con una pendiente media de casi el 7% y que tiene su cima a 2.803 metros.
“Recuerdo el silencio. Casi absoluto. Sin viento. Sin aire. Sin vegetación. Sólo sol y piedra. Los coches tenían prohibido tocar la bocina porque es un parque natural. Recuerdo a un Induráin, trágico, con el maillot abierto. Como Rominger, como todos. Lentos. Boquiabiertos. Luego me contaron que no se habían atacado. Que a esa altitud sólo se puede subir a un ritmo, como podían”, comentó uno de los testigos de esa dura jornada en el Tour de Francia.
El propio Miguel Induráin reconoció que es el puerto en el que más ha sufrido en sus cinco Tour de Francia. “La Bonette es el puerto que más me ha hecho sufrir en el Tour”, comentó un Indurain sobre un puerto los ciclistas coronaron ahogados un puerto que supera en altura a los míticos Galibier (2.645 metros) e Iseran (2.770).
El Col de la Bonette forma parte del ciclismo español en el Tour de Francia ya que en 1962 y 1964 Federico Martín Bahamontes lo coronó en primera posición.
Antoine Blondin, periodista de 'L'Equipe', definió a la perfección lo que sentían los ciclistas que buscaban coronar el Col de la Bonette. “Este puerto mata lentamente”, comentó el periodista galo.
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