El ganador del Tour de Francia en 1959 narra lo que sucedió de verdad en la ascensión al Col de Romeyère y es muy diferente a la leyenda urbana que ha quedado en la historia del ciclismo y que le da una imagen de soberbia y superioridad
Bahamontes revienta su "bulo del helado”
Federico Martín Bahamontes es un ciclista con muchas anécdotas. El ciclista toledano fue el primer ganador español en el Tour de Francia y su primera anécdota comienza con su nombre. El ‘Aguila de Toledo’ realmente no se llama Federico, su nombre real es Alejandro y narra de dónde viene ese cambio.
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“Sí, es verdad, no me llamo Federico pero eso se lo debe decir a mi tío Federico, el hermano de mi padre. Mi padre, Julián, decidió ponerme Alejandro y mi tío dijo que ‘por mis cojones este niño se va a llamar Federico’. Y, por sus cojones que voy a pasar a la historia como Federico. Y no puede ni imaginarse los líos que me ha supuesto semejante cabezonada”, comenta la leyenda del ciclismo español.
Otro de las grandes anécdotas es cuando se paró a tomar un helado cuando coronó el Col de Romeyère en el Tour de Francia de 1954. Para la historia ha quedado que lo hizo en un gesto de soberbia y superioridad pero Bahamontes rompe con ese mito que ha quedado en la historia del ciclismo como un bulo.
“Perdón, pero esa historia del helado es un bulo. Les saqué, en efecto, 25 minutos a mis perseguidores en La Ramageure, en los Alpes, pero una piedra me destrozó la rueda trasera y, claro, no tuve más remedio que esperar al coche del equipo, que estaba lejísimos. Y, mientras lo esperaba, pasó un tío con el carrito de los helados y le pedí un cucurucho de vainilla, justo cuando apareció el fotógrafo deL’Équipe. Y ¡zas!, inmortalizado para toda la vida”, comenta el ganador del Tour de Francia en 1959.
Federico Martín Bahamontes es un ciclista con muchas anécdotas. El ciclista toledano fue el primer ganador español en el Tour de Francia y su primera anécdota comienza con su nombre. El ‘Aguila de Toledo’ realmente no se llama Federico, su nombre real es Alejandro y narra de dónde viene ese cambio.
“Sí, es verdad, no me llamo Federico pero eso se lo debe decir a mi tío Federico, el hermano de mi padre. Mi padre, Julián, decidió ponerme Alejandro y mi tío dijo que ‘por mis cojones este niño se va a llamar Federico’. Y, por sus cojones que voy a pasar a la historia como Federico. Y no puede ni imaginarse los líos que me ha supuesto semejante cabezonada”, comenta la leyenda del ciclismo español.
Otro de las grandes anécdotas es cuando se paró a tomar un helado cuando coronó el Col de Romeyère en el Tour de Francia de 1954. Para la historia ha quedado que lo hizo en un gesto de soberbia y superioridad pero Bahamontes rompe con ese mito que ha quedado en la historia del ciclismo como un bulo.
“Perdón, pero esa historia del helado es un bulo. Les saqué, en efecto, 25 minutos a mis perseguidores en La Ramageure, en los Alpes, pero una piedra me destrozó la rueda trasera y, claro, no tuve más remedio que esperar al coche del equipo, que estaba lejísimos. Y, mientras lo esperaba, pasó un tío con el carrito de los helados y le pedí un cucurucho de vainilla, justo cuando apareció el fotógrafo deL’Équipe. Y ¡zas!, inmortalizado para toda la vida”, comenta el ganador del Tour de Francia en 1959.
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