ROGLIC: "Con 23 años era un globero con solo 2.000 kms recorridos y se reían de mí cuando decía que iba a correr el Giro y el Tour"

Primoz Roglic es un ciclista salido de un guión de Hollywood. Hasta los 23 años su ruta más larga en bici era para ir a comprar el pan en su pueblo y a los 24 años se convirtió en una promesa del ciclismo amateur con solo 2.000 kilómetros sumados en su ciclocomputador. Con 27 le llegó el sueño de convertirse en ciclista profesional y con 32 es una de las grandes estrellas mundiales. El ciclista esloveno desvela en una entrevista con Velonews algunos aspectos increíbles de su carrera como ciclista.   

¿Cómo empezó tu relación con el ciclismo? 

Empecé con carreras de aficionados cuando tenía 22 años, pero solo carreras de casa. En mi pueblo solo hay una escalada, y las estaba ganando todas, y pensé que tal vez realmente tengo talento.  Como aficionado, comencé con el equipo en el que estaba Andrej Hauptman  que es un exciclista esloveno muy conocido. Antes de rodar para el equipo, le enviaba mensajes de texto y correos electrónicos todo el tiempo porque quería convertirme en ciclista. Ya tenía 22-23 años y decía "olvídalo, olvídalo", pero al final me permitió entrar porque estaba empujando y empujando, y al final tuve la oportunidad de empezar a montar. 

Luego más tarde, en el 2013, entré a la U23 con la ayuda de algunas personas, unos amigos me dieron la oportunidad de ser miembro del Continental Team (Adria Mobile), y luego comencé a darme a conocer en el mundo del ciclismo. Yo llegué al ciclismo profesional como un globero con solo 20.

 ¿Qué recuerdas de esos primeros años?

Fue terrible, fue muy duro. Te puedes imaginar, mi segunda carrera fue Coppi e Bartali con Ivan Basso y estos muchachos  y terminé 60º en la general, 25 minutos detrás de Diego Ulissi. Estuve en bloque desde el principio y no sabía lo que estaba pasando. Después de dos días, no podía bajar las escaleras, me dolía el cuello, estaba rota. Y pensé "¿cómo puedes hacer este deporte?" No podía creer que pudieran hacerlo durante tres semanas, es demasiado loco. Pero ahora es diferente, corremos tres semanas y haces etapas duras.

Fue duro, fue muy duro porque todo era nuevo: andar en el pelotón, beber en el pelotón, comer en el pelotón, ponerse y quitarse la ropa. Para mí fue simplemente "¡Guau! ¿Qué está pasando?" Necesitas tiempo para entender todo.  Y años después te convertiste en número 1 del ránking mundial de ciclismo profesional...  Estoy orgulloso de ello. Luché por ello y lo esperé durante toda mi vida. Cuando era saltador de esquí quería ser el mejor, pero al final tuve algunos problemas y lesiones. Solo tenía que darme cuenta de que tenía 22 años y no iba a ser campeón olímpico y no gané nada. Era hora de hacer algo, así que cambié y todavía quería lograr algo. Es increíble. Yo no tuve bici hasta los 22 años y ahora soy el número uno. Es bastante loco. Estoy orgulloso de ello, de estar en el lugar en el que estoy.

Cuando me reuní con Hauptman le dije: "Mira, tengo solo 2.000 km en mi vida y quiero ser profesional". Por supuesto dijo que eso no es nada y que eso solo lo hace un profesional en un mes de entrenamiento. 

Si miro ahora hacia atrás, porque ahora sé lo difícil que es llegar a ser ciclista profesional, creo que no me decidiría por ello. Porque es demasiado loco. Simplemente no lo sabía, yo no sabia nada No sabía lo difícil que es y solo quería ser el mejor. Ir al Giro e ir al Tour. En los primeros grandes fondos dije que quería ir al Giro y todos estaban sonriendo. Dicen “¿Giro? si ya tienes 23 años solo podrás ser un ciclista aficionado pero al final fui también al Giro y al Tour. 

¿Crees que parte de tu éxito y desarrollo se debió al hecho de que no sabías lo difícil que era?

Sí, definitivamente. No lo sabía y no tenía miedo de eso, pero también al final, la determinación me ayudó. Quería ser el mejor o estar en ese lugar y vi que me venía bien. Por supuesto que necesitas algo de talento. Lo necesitas para ser el mejor, en todo. Pero vi todo el tiempo que lo tenía, que estoy bien. 

Fue un comienzo difícil, había demasiadas cosas nuevas. Ponerme en el pelotón por primera vez en 2013 era un riesgo, muchas caídas en cada carrera. No pude terminar, estuve todo el tiempo en el suelo y preguntándome en el camino al hospital, "¿Por qué necesito esto?" Decía: “No es necesario que tengas que andar en bicicleta”, o “Tengo que ganar dinero con la bicicleta. Puedo hacer lo que yo quiera." Pero tal vez fueron momentos difíciles: tuve que luchar para superarlo, y es como con todo en la vida cuando persigues tus metas o tus sueños no debes frenarte y yo no lo hice.