El genial sprinter italiano comparte numerosas anécdotas de su peculiar y exitosa carrera y habla del ciclismo actual. La historia del intento de ligue en plena etapa de la Vuelta a España que tuvo que abandonar porque hubo una fuga es genial...
Cipollini: "En una Vuelta un ciclista español me llamó hijo puta, ese día no le cacé, pero al día siguiente le pille por banda y ...."
En una etapa de la Vuelta a España en 1993 cuando se estaba ligando con una periodista tuvo que dejarlo en medio del cortejo.
Mario Cipillini ha sido una de las grandes estrellas del ciclismo de las últimas décadas y uno de los más excéntricos y, por lo tanto, de los que existen más historias y anécdotas.
Una de ellas fue cuando fue multado en una autovía circulando a 100 kilómetros por hora con su bicicleta. “Eso fue en 2003. Dicen que iban a 70 km/h pero posiblemente eran 95 o 100. Me puse detrás del Smart de mi mecánico en la carretera que conecta Livorno con Pisa. Yo estaba escuchando música en mi walkman y estaba yendo detrás del coche cuando vi que la policía me paraba. En ese momento me multaron por exceso de velocidad y por conducción temeraria. Después de monté y seguí mi camino”, comenta el velocista italiano.
Otro de sus anécdotas o, mejor dicho incidente, se produjo en la Vuelta a España de 2000 con el ciclista español Francisco Cerezo. “Ese año no quería ir a la Vuelta a España ya que mi padre estaba en coma y mi madre estaba muy angustiada. En la cuarta etapa el pelotón se partió. Cuando iba en el grupo de cabeza me roce con otro corredor y me gritó “¡Hijo de puta!”.
![[Img #52296]](https://diariodeltriatlon.es/upload/images/02_2022/7518_3.jpg)
"Inmediatamente traté de ajustar cuentas, pero se escapó. No sabía quién era, no era nadie, pero lo vi y al día siguiente lo atrapé y le di una paliza. Le metí un gancho de derecha en la cara y lo dejé seco”, comenta un Cipollini que fue descalificado por esa paliza a Cerezo tras la que necesitó tres puntos en la cara.
![[Img #52294]](https://diariodeltriatlon.es/upload/images/02_2022/436_2.jpg)
Cipollini no oculta que otra de sus pasiones son las mujeres, una pasión que le hizo hasta parar en una carrera para ligar. “Me obligaron a participar, creo, en la Coppa Agostoni. En el circuito final, Alessio Di Basco y yo nos separamos en la primera subida. Entramos a una casa, donde nos habían invitado a almorzar en el jardín y vimos pasar al grupo a cada vuelta. El problema era que Di Basco quería que su director pensara que, en lugar de abandonar, se había ido a entrenar. Entonces embellecimos el cuento y un periodista escribió una historia de amor. Pero esa vez, no era cierto”, comenta el ciclista italiano.
En una etapa de la Vuelta a España en 1993 cuando se estaba ligando con una periodista tuvo que dejarlo en medio del cortejo. “En la Vuelta al 93 en San Sebastián, estaba prestando toda mi atención a una periodista del Diario Vasco en el pueblo de salida. Ella estaba guapísima y con un vestido ajustado. Estaba totalmente absorto en palabras y pensamientos cuando escuché la radio en un auto del equipo diciendo que ya habían lanzado el primer ataque. Cogí mi bicicleta y salí disparado para alcanzar al grupo a 60 km/h.
![[Img #63005]](https://diariodeltriatlon.es/upload/images/08_2025/2088_1.jpg)
El día que se muera Mario Cipollini no quiere ir al cielo o al infierno, quiere ir al lugar dónde estén las mujeres. “No quiero ir al cielo o al infierno, espero ir donde están las mujeres”, comenta el ciclista transalpino.
Mario Cipillini ha sido una de las grandes estrellas del ciclismo de las últimas décadas y uno de los más excéntricos y, por lo tanto, de los que existen más historias y anécdotas.
Una de ellas fue cuando fue multado en una autovía circulando a 100 kilómetros por hora con su bicicleta. “Eso fue en 2003. Dicen que iban a 70 km/h pero posiblemente eran 95 o 100. Me puse detrás del Smart de mi mecánico en la carretera que conecta Livorno con Pisa. Yo estaba escuchando música en mi walkman y estaba yendo detrás del coche cuando vi que la policía me paraba. En ese momento me multaron por exceso de velocidad y por conducción temeraria. Después de monté y seguí mi camino”, comenta el velocista italiano.
Otro de sus anécdotas o, mejor dicho incidente, se produjo en la Vuelta a España de 2000 con el ciclista español Francisco Cerezo. “Ese año no quería ir a la Vuelta a España ya que mi padre estaba en coma y mi madre estaba muy angustiada. En la cuarta etapa el pelotón se partió. Cuando iba en el grupo de cabeza me roce con otro corredor y me gritó “¡Hijo de puta!”.
"Inmediatamente traté de ajustar cuentas, pero se escapó. No sabía quién era, no era nadie, pero lo vi y al día siguiente lo atrapé y le di una paliza. Le metí un gancho de derecha en la cara y lo dejé seco”, comenta un Cipollini que fue descalificado por esa paliza a Cerezo tras la que necesitó tres puntos en la cara.
Cipollini no oculta que otra de sus pasiones son las mujeres, una pasión que le hizo hasta parar en una carrera para ligar. “Me obligaron a participar, creo, en la Coppa Agostoni. En el circuito final, Alessio Di Basco y yo nos separamos en la primera subida. Entramos a una casa, donde nos habían invitado a almorzar en el jardín y vimos pasar al grupo a cada vuelta. El problema era que Di Basco quería que su director pensara que, en lugar de abandonar, se había ido a entrenar. Entonces embellecimos el cuento y un periodista escribió una historia de amor. Pero esa vez, no era cierto”, comenta el ciclista italiano.
En una etapa de la Vuelta a España en 1993 cuando se estaba ligando con una periodista tuvo que dejarlo en medio del cortejo. “En la Vuelta al 93 en San Sebastián, estaba prestando toda mi atención a una periodista del Diario Vasco en el pueblo de salida. Ella estaba guapísima y con un vestido ajustado. Estaba totalmente absorto en palabras y pensamientos cuando escuché la radio en un auto del equipo diciendo que ya habían lanzado el primer ataque. Cogí mi bicicleta y salí disparado para alcanzar al grupo a 60 km/h.
El día que se muera Mario Cipollini no quiere ir al cielo o al infierno, quiere ir al lugar dónde estén las mujeres. “No quiero ir al cielo o al infierno, espero ir donde están las mujeres”, comenta el ciclista transalpino.
Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.187