El dopaje está creciendo dentro del deporte aficionado y el triatlón no se escapa de las sospechas de las autoridades. La Agencia Española de Protección en la Salud del Deporte (AEPSAD) tiene en su punto se mira las competiciones amateur en las que se reparten premios y por eso van a intensificar los controles en busca de los tramposos. La cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado han logrado desarticular nueve laboratorios clandestinos durante los dos últimos años, unos lugares en los se fabricaban productos dirigidos para deportistas aficionados por personas con escasa formación profesional algo que aumenta todavía más el peligro de las sustancias que se fabricaban.
La AEPSAD sabe que en estos momentos se mueve dinero en las pruebas no profesionales de atletismo, ciclismo, triatlón y duatlón y que premios que en algunos casos superan los 1.000 euros hace que deportistas amateur vayan a por ellos con trampas y el dopaje de por medio. “El aumento del consumo de sustancias en el deporte popular ha crecido más de un cien por cien”, afirman desde la AEPSAD.
Casos que levantaron sospechas en España
Por ejemplo, en la pasada San Silvestre de Crevillente se difundió el rumor de que había controles antidopaje al final de la prueba y hubo rumores en las redes sociales de huida masiva de atletas, que obligó a la Agencia Antidopaje a abrir una investigación. En Salamanca hace un par de años ocurrió algo parecido. El locutor comentó antes de la salida, en tono de broma, que habría análisis en la meta y unos cuantos atletas optaron por la espantada discreta.
Fuente: ABC